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Emilio Menéndez y Carlos, el día en que contrajeron matrimonio civil hace 15 años. R. C.
«Ya no hay pecado en nuestro amor»

«Ya no hay pecado en nuestro amor»

El colectivo LGTBI recibe con alegría y «cautela» el apoyo del papa Francisco a las uniones civiles entre homosexuales

Jueves, 22 de octubre 2020

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El colectivo LGTBI ha recibido «como una muy buena noticia» y con «algo de cautela» el apoyo del papa Francisco a las uniones homosexuales y a que éstas queden reconocidas y protegidas por las leyes civiles. Óscar Escolano, coordinador del grupo de Fe y Espiritualidad de la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Transexuales y Bisexuales, que reúne a personas de diferentes religiones aunque mayoritariamente católicas, ha saludado las palabras del Papa porque, aunque ya se pronunció en este sentido cuando era arzobispo de Buenos Aires, ahora como actual jefe de la iglesia católica «tienen una repercusión mucho mayor», y pueden sentar doctrina dentro de una institución, que tradicionalmente ve la homosexualidad como algo «desordenado». Escolano, de 40 años, es creyente y practicante, aunque se considera cristiano «en general» y asiste cada semana a misas católicas, pero también protestantes. A su juicio, Bergoglio, al reconocer las uniones civiles, «también reconoce que podamos formar una familia y que nuestro amor es legítimo y que no hay pecado en él». Pero además, y a su modo de ver, el pronunciamiento papal es un avance hacia la inclusión de las personas LGTBI dentro de la iglesia católica, en un momento, dice, en que muchos de estos hombres y mujeres prefieren no externalizar su espiritualidad porque aún acumulan «dolor» hacia esta institución por sus experiencias de abusos, marginación o desinterés. «Hay muchos homosexuales y lesbianas que aún siguen dentro del armario en ese aspecto. Guardan un estigma negativo hacia las personas que creemos, porque nos preguntan '¿cómo es posible que sigáis creyendo cuando la Iglesia dice lo que dice de nosotros'?«. Con todo, Escolano se congratula de que cada vez haya más personas del colectivo LGTBI que se sienten acompañadas por parroquias y comunidades religiosas.

Cautela

El colectivo también observa con «cautela» las palabras del papa Francisco, puesto que son declaraciones realizadas en un documental y no están plasmadas en un documento oficial de la Iglesia, cosa que les gustaría. Además, les habría gustado un paso más audaz del pontífice para permitirles tener acceso al matrimonio canónico. «Lo tomamos con cautela porque aún no sabemos hasta qué punto el lenguaje oficial de la iglesia católica va a cambiar. Nos gustaría ver un cambio en su lenguaje, sus mensajes y sus actitudes hacia nosotros«, que, de alguna forma, «despenalice o quite ese carga de pecado que tradicionalmente se nos ha lanzado a las personas homosexuales», apunta Escolano, con el deseo que estas palabras del Papa modifiquen el contenido del catecismo católico, donde no se legitiman las relaciones de personas del mismo sexo.

«El modelo de familia se diversifica y las familias ya no solo pueden estar formadas, a ojos de la iglesia, por hombre y mujer e hijos»

óscar escolano

Pero él prefiere quedarse con la parte positiva, la de que el Santo Padre, ya no ve «nuestro amor como pecado sino como algo legítimo, que puede confirmarse en un matrimonio civil. El modelo de familia se diversifica y las familias ya no solo pueden estar formadas, a ojos de la iglesia, por hombre y mujer e hijos, sino también por personas del mismo sexo».

Buena noticia para Emilio

Emilio Menéndez es un símbolo dentro del colectivo homosexual. Fue el primer español en contraer matrimonio civil entre parejas del mismo sexo, junto a su novio Carlos, el 11 de julio de 2005. Emilio también ha valorado el pronunciamiento del Papa como una «muy buena noticia». De 66 años creyente aunque no practicante, Menéndez dice que le gustaría ver esas palabras reflejadas en un documento oficial, pero mientras tanto se muestra feliz de que el Papa, como jefe de la Iglesia católica, haya dignificado las relaciones homosexuales. «No creo que lleguemos al matrimonio canónico, pero hay un reconocimiento de nuestra dignidad y de la necesidad de tener un amparo legal, que es de lo que se trata«, indica. Además, opina que para aquellas personas LGTBI dolidas por el tradicional rechazo de la iglesia »esto es un bálsamo, una especie de cura«.

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