Una paciente del Insular: «Esto es más que triste. Es como si fuéramos cachos de carne»
Ingresada en la planta 7 del hospital, denuncia en un vídeo la «deplorable» situación en la que se encuentra la habitación y el baño y la «precariedad» de medios con la que trabaja el personal
En las útimas horas ha trascendido un vídeo grabado por una paciente ingresada en la planta 7 del Hospital Insular en el que denuncia la «deplorable» situación en la que se encuentra la habitación y la «precariedad» de medios de los que disponen los enfermos pero, también, en la que trabaja el personal.
La grabación de la estancia muestra paredes con humedades y descochabadas, en la que no hay televisión, ni llamadores de urgencias, ni teléfonos ni televisión y un baño con todas las piezas todas oxidadas y el suelo dañados. «Se me rompió la cama y el espaldar se quedó bloqueado en posición levantada y así, llevó varios días. Nadie ha venido a arregarlo. Ni vendrán», apunta la enferma.
«Hoy, no me van a dar de almorzar -contaba en ese momento- porque las bandejas de comida están contadas. Hay un paciente mayor al que se le ha caído su bandeja. Pues se ha quedado sin comida; no hay más comido. Es fuerte. Fortísimo», sentenció.
«Esto no es triste. es lo que sigue, es como si fuéramos cachos de carne. Y no solo nosotros, también los profesionales que se desviven por realizar su trabajo. No hay medios para trabajar. Es indignante«, critica en el citado vídeo.
La paciente acudió a urgencias de su centro de salud al sufrir un brote de Crohn, patología que no podía ser atendida en Primaria por lo que fue derivada a Urgencias del Hospital Insular, donde tras realizarle unas pruebas diagnóstica, los médicos decidieron ingresarla en planta. Este procedimiento requiere de una prueba PCR, «con tan mala suerte -recuerda la afectada- que di positivo de nuevo, a pesar de que en enero había pasado el covid» con su correspondiente cuarentena y varios test de antígenos que finalmente dieron negativos. «Me preocupé porque tengo un hijo adolescente», afirma.
«Denuncio esta situación porque estoy consciente, puedo hablar y exigir. Pero, aquí hay mucha gente mayor que no puede hablar y da mucha penas. Es horrible; es, precario«,
La mujer se pregunta «qué están haciendo con los impuestos que pagamos; qué están haciendo con las seguridades sociales que pagamos. Hay gente aquí que está trabajando sin descansar, doblando turnos«. Por favor esto tiene que llegar a dónde sea, hay que buscar una solución, no se puede tapar el sol con un dedo. Hay que vivir con un poco de dignidad», sentencia.