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La obligatoriedad de usar la mascarilla en los espacios cerrados «incluye los centros de trabajo»

La obligatoriedad de usar la mascarilla en los espacios cerrados «incluye los centros de trabajo»

La medida entró en vigor este miércoles en Canarias y Salud Pública cree que es necesaria para atajar los rebrotes donde la distancia física se ha revelado insuficiente

CARMEN DELIA ARANDA

Las Palmas de Gran Canaria

Jueves, 6 de agosto 2020, 01:00

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Canarias mantiene una situación epidemiológica favorable en relación a la que sufre el resto del Estado. Esta posición privilegiada es la que se pretende preservar con la ampliación de la obligatoriedad del uso de la mascarilla en los espacios cerrados, incluidos los centros de trabajo, independientemente de que se pueda mantener la distancia de seguridad interpersonal.

Esta norma, que entró en vigor ayer en las islas, fue sugerida por los responsables de Salud Pública basándose en dos razones: «escenificar que seguimos en una pandemia, cuya incidencia en algunas comunidades es muy preocupante, y que el repunte de casos que hemos tenido en los últimos días en Canarias nos obliga a adelantarnos para evitar una situación más desfavorable actuando en aquellos ámbitos donde se han dado la mayoría de los contagios; en reuniones de amigos y familiares y en ambientes cerrados donde no se respetan las normas», explica el jefe de sección de Epidemiología y Prevención de la Dirección General de Salud Pública del Gobierno de Canarias, Amós García.

No obstante, el experto reconoce que en estos encuentros es fácil olvidar las medias de prevención frente al coronavirus. «Cuando saludamos a un familiar que hace tiempo que no vemos es lógico que sintamos el deseo de abrazarlo y esto hace que nos olvidemos de que seguimos con el problema de la epidemia a cuestas. Es precisamente en esos ámbitos donde hay que mantener las mascarillas», recuerda García que sostiene que los espacios cerrados incrementan el riesgo de transmisión.

En este sentido, recalca que el notable aumento de los contagios en ciertas comunidades autónomas demuestra que la distancia interpersonal, por sí sola, es una medida de protección insuficiente frente al virus. «La distancia física solamente ahora no vale. Del vale al no vale han pasado tropecientos casos más en el país», abunda el epidemiólogo.

Por eso, la mascarilla será obligatoria incluso en el interior de bares y restaurantes mientras no se esté bebiendo o comiendo. «No se trata de ponérsela y quitársela con cada bocado, eso tendría más riesgo por manipular tanto la mascarilla. Se trata de pedir la comanda con mascarilla, quitársela al empezar a comer y ponérsela al terminar. Las tertulias de sobremesa deben hacerse con mascarilla. También hay que ponérsela para ir al lavabo o para saludar a alguien en otra mesa», relata García para disipar dudas.

Asimismo, recuerda que el uso de la mascarilla es obligado en todos los espacios cerrados, incluso «en los centros de trabajo» y que son los titulares de las empresas los responsables del cumplimiento de las normas de prevención frente al virus.

En el caso de los locales públicos, los dueños deberán garantizar que los clientes respeten las medidas sanitarias. Además, insiste en que si la policía o los inspectores detectan el incumplimiento de las normas, los titulares de los negocios serán sancionados.

Otra nueva regla que se aplica desde ayer en Canarias es la limitación de la ocupación máxima de las mesas de bares, cafeterías y restaurantes -tanto en el interior de los locales como en las terrazas- a diez personas y la señalización de la distancia de separación de 1,5 metros entre mesas, clientes o grupos.

«Tenemos que acostumbrarnos a una realidad diferente, más incómoda de la que teníamos, pero mucho más incómodo sería no ejecutar decisiones que abran la posibilidad de que se expanda la epidemia», dice García que asegura que, si bien la situación epidemiológica canaria es mucho mejor que la de otras regiones, el repunte de casos de los últimos días se habría evitado siguiendo las recomendaciones sanitarias.

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