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Crecimiento azul. ¿Es compatible con la sostenibilidad de costas, mares y océanos?

Crecimiento azul. ¿Es compatible con la sostenibilidad de costas, mares y océanos?

La dimensión y capacidad de dilución del océano, lo hacía capaz de recibir cantidades ilimitadas de basuras de todo tipo.

Octavio Llinás

Jueves, 1 de enero 1970

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Cuando se habla del crecimiento azul presentándolo como un proceso de dimensión global, con enorme valor y capacidad de generar empleo, simultáneamente se plantea inevitablemente, si ese crecimiento se hará sacrificando el medio sobre o desde el que se desarrollará, en este caso del océano.

Sin duda, las informaciones que se difunden sobre la situación del estado actual del medio marino señalan que, si a la situación actual se le suman las consecuencias de ese enorme desarrollo del que se habla podríamos llegar, más pronto que tarde, a situaciones y daños irreversibles. Los promotores de este Crecimiento Azul, no son ignorantes de esta claro peligro, ni indiferente a los daños que se podrían producir si no se tomaran las medidas adecuadas, son mayoritariamente expertos y convencidos de la necesidad de la sostenibilidad como parte esencial de dicho crecimiento.

Es pues claro e imprescindible, compartir los análisis que aportan elementos y datos sobre la actualidad y perspectivas de la situación que se genera. Para iniciar este tipo de análisis, aunque parezca increíble, deberíamos recordar que prácticamente hasta la década de los años 70, había un consenso internacional aceptado sobre dos aspectos fundamentales de las propiedades del océano.

En consecuencia, hasta esa fecha, no había conciencia de la necesidad de conservar el medio marino, ni se tomaban medidas precautorias de ningún tipo al respecto.

En la actualidad existe un consenso internacional generalizado, en cuanto a que prácticamente el 80% de toda la contaminación marina tiene su origen en tierra, estando compuesta de unos grupos concretos de tipos de sustancias o materiales, específicamente productos químicos en general, entre los que destacan por volumen los detergentes e hidrocarburos y otro grupo importante son los relacionados con la agricultura, plaguicidas, herbicidas y fertilizantes. En otro capítulo específico hay que situar las aguas residuales los plásticos y los microplásticos.

El 20% restante es el que se deriva de las actividades que se desarrollan en el océano también se pueden agrupar en tipos característicos:

Una cantidad adicional a los hidrocarburos que vienen desde tierra, que a su vez se separan en dos partes, una poco visible que se deriva de las malas prácticas en las actividades ordinarias de la flota y otra de gran visibilidad e impacto, que se deriva de los vertidos accidentales. Algunos de estos vertidos accidentales han sido hitos en la concienciación ciudadana internacional.

La pesca aporta un componente específico de contaminación a través de los restos de artes y aparejos de pesca perdidos, ya que a su efecto directo añaden, en muchos casos, la llamada pesca fantasma por la cual se dañan la fauna de forma de aleatoria y descontrolada.

En los últimos años se ha generado evidencia y consciencia de los efectos negativos que el ruido creciente generado por la flota internacional está produciendo.

La primera aproximación, señala que la actividades que parecen centrales para desarrollarse en el medio marino como parte del Crecimiento Azul, no son esencialmente de la misma naturaleza que el 80% que causan efectos en el mar y son de procedencia terrestre con un origen difuso, disperso y fuera de control, que hacen muy difícil de establecer responsabilidades concretas y tomar medidas bien dirigidas y específicas. En contraposición los efectos negativos para el medio derivados de las actividades que se desarrollan en él, vienen señalando una tendencia eficiente de control. A modo de ejemplo, es constatable como el número de accidentes con vertidos de hidrocarburos importantes, han disminuido de forma drástica. Menos evidentes, pero absolutamente constatable es la disminución exponencial del vertido como consecuencia de las malas prácticas en las operaciones ordinarias.

La pesca fantasma refleja también los efectos de las medidas tomadas para su eliminación y como estas medidas son articuladas y asumidas por sus actores, sirva de ejemplo, la Estrategia sectorial para reducción de las basuras marinas, diseñada y desarrollada por la flota pesquera española.

En cuanto al ruido ya se han establecido santuarios y áreas protegidas para poblaciones de organismos especialmente sensibles y se está generando de forma eficiente normativa internacional, que sin duda, lo controlará en mucha mayor medida.

Estos problemas y el proceso para su cuantificación, limitación y erradicación, señalan las razones por las que el Crecimiento Azul debe conducir a un medio marino mejor conocido y más sostenible, porque se basan en los mismos principios y medios:

*La conciencia social internacional, que no acepta que ningún tipo de crecimiento se haga sacrificando los elementos esenciales del medio ambiente en este caso en el medio marino.

*La titularidad de la responsabilidad que se deriva de la titularidad pública del medio marino que implica prácticamente siempre, algún tipo de autorización para desarrollar cualquier actividad y por tanto determina quién es el responsable de las potenciales consecuencias negativas.

*La tecnología que hace que por primera vez en la historia, que se pueda tener control directo y exhaustivo de toda la actividad que se haga en cualquier lugar del medio marino. Aportando además, medios de predicción, análisis y actuación que serán exigidos y generados por el propio Crecimiento Azul.

*La necesidad, que se deriva ineludiblemente de un número creciente de requerimientos de la humanidad que solo podrán ser atendidas por el uso y aprovechamiento de los recursos y el espacio marino.

En consecuencia se plantea de forma recurrente la misma reflexión: El Crecimiento Azul va a ocurrir, porque es necesario (imprescindible), porque es posible técnicamente y porque es medioambientalmente sostenible. Lo único que está en cuestión es donde se radica, quién lo desarrollará y generará el crecimiento económico y el empleo que de él se derivan.

Esta es una cuestión global que se puede plantear en cualquier lugar, incluso alejado de las costas y mares, porque el Crecimiento Azul hará tracción de actividades en muchos casos de carácter horizontal, pero es evidente que los entornos costeros y particularmente los Insulares deben planteársela de forma más clara e intensa y sus respuesta será la clave para poder participar o no de sus beneficios.

Octavio Llinás es expresidente de la Fundación Innovamar.

Octavio Llinás.  Foto: Juan Carlos Alonso.
Octavio Llinás. Foto: Juan Carlos Alonso.

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