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Luis del Río: «Nunca he sentido la injerencia de un partido político»

Luis del Río: «Nunca he sentido la injerencia de un partido político»

Luis del Río (Las Palmas de Gran Canaria, 1963), asume su tarea como nuevo fiscal superior de Canarias con el firme propósito de cumplir lo prometido en su proyecto, aunque suponga un esfuerzo en materia presupuestaria por parte de la Administración autonómica. Sobre el caso Grúas, respeta el trabajo de Anticorrupción y considera que ha hecho un análisis «sosegado» del procedimiento.

Miércoles, 15 de julio 2020, 03:54

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— Luis del Río, nuevo fiscal superior de Canarias, ¿ya se lo cree?

— Pues estoy aún aterrizando y viendo cual es la situación tras el nombramiento. Cualquier trasladado implica siempre una ardua tarea de organización y ubicación en el nuevo puesto y todo lleva su tiempo. Estoy recién mudado al nuevo despacho y poco a poco voy tomando consciencia de todo lo que ha ocurrido en las últimas semanas.

— En su toma de posesión mostró cual sería su proyecto al frente de la fiscalía superior de canarias, pero queda la sensación de que la mayoría de sus apuestas conllevan consigo un esfuerzo presupuestario por parte de la Administración. ¿Cree que esto puede ser un handicap a la hora de cumplir con su programa?

— Indudablemente hay una parte de las propuestas que hago que requieren una asignación presupuestaria por parte de la Administración autonómica y estoy condicionado a que se aporten esos medios porque si no, muchos de esos puntos no se podrán llevar a cabo.

— Habló de abrir la Fiscalía a la ciudadanía por medio de un gabinete de prensa. ¿Cree que ese es uno de los aspectos en los que el Ministerio Público ha fallado en los últimos años?

— Indudablemente el gabinete de prensa sería una apoyo importante para dar transparencia al trabajo de la Fiscalía, como así hace tan bien el TSJC. Esto puede afectar a que la ciudadanía no conozca bien nuestra institución, cómo funcionamos y por qué tomamos muchas decisiones.

— Hablando de decisiones, usted ha estado en el ojo del huracán en el último año al protagonizar la acusación en grandes procedimientos judiciales como el caso Europa, el Faycán o el Eólico. ¿Cree que faltó explicar a la ciudadanía por parte de la Fiscalía los motivos de que, en algunos casos, se pidieran penas menores en investigaciones tan importantes?

— Si analizamos las penas, por ejemplo en el caso del Grupo Europa, no fueron de poca importancia hasta el punto de que varios de los condenados aún siguen cumpliendo condena. En el Eólico, uno de los condenados tiene una pena que supera los requisitos máximos para la suspensión de la condena, aunque aún no hay sentencia firme y tenemos que esperar. Y en lo que respecta al Faycán, las penas fueron más bajas pero vinieron bastante condicionadas por varias cuestiones. En primer lugar por el propio transcurso del tiempo que hizo que se les tuviese que aplicar una atenuante de dilaciones indebidas. También muchos de ellos se conformaron y contaron con la atenuante de confesión, aunque sea tardía. Y a la vista de esto, el Código Penal nos impuso que bajásemos las penas uno o dos grados. En este procedimiento, además, fallecieron algunos de los acusados y un testigo y todo eso hizo que la prueba se debilitara y son consideraciones que hay que barajar y tener en cuenta a la hora de solventar este asunto.

— ¿Le frustra el hecho de que invierta tantos años de trabajo e investigación en procedimientos de esta magnitud y que luego las penas queden reducidas, permítame el atrevimiento, a la mínima expresión?

— Es cierto que en algunos casos nuestra previsión era que las penas fuesen mayores y en otros no creemos que hayan sido bajas. La mayor frustración es que tarde tanto la instrucción de estos procedimientos debido a la gran cantidad de dificultades que nos encontramos. Desde alguna comisión rogatoria que hay que enviar a otro país, diligencias complicadas como pericias, documentos a recabar... y, sobre todo, que el gran número de partes investigadas prolongan la tramitación de estas causas.

— Para combatir todos estos inconvenientes, propuso dotar de más medios la Fiscalía en materia de la lucha contra la corrupción.

— Creo que se le puede prestar apoyo al nuevo fiscal delegado de Anticorrupción creando una sección de estos delitos que ofrezca ayuda a la fiscalía especial. Contar con el apoyo de unidades de la Policía Judicial, funcionarios de la Agencia Tributaria o de la Intervención General del Estado, que son expertos que facilitan mucho la investigación de delitos de esta naturaleza.

— ¿Cree que ya pasó esa burbuja de la corrupción que llenó los juzgados de grandes investigaciones hace una década?

— No le sabría responder con exactitud y el tiempo dirá si surgen nuevos casos de estas envergaduras. En todo caso, creo que como Fiscalía nos corresponde estar siempre en guardia ante este tipo de delitos ya que lo que se juega la sociedad es mucho. No debemos bajar la guardia en estos delitos.

— También mencionó en su discurso de investidura que había que reforzar áreas como la de violencia sobre la mujer o medio ambiente...

— Hay determinadas materias que, creo, requieren que se nombre un coordinador autonómico ya que es necesario un referente para abordar determinadas cuestiones con la Comunidad Autónoma.

— ¿Considera que hay déficit de fiscales en Canarias?

— Posiblemente sí que falten fiscales en materias específicas, pero es una cuestión que debemos ver detenidamente y necesito tener más elementos de juicio para poder responder con exactitud a su pregunta. Pero es obvio que siempre viene bien más personal.

— ¿Ya se ha reunido con las fiscales jefe provinciales¿ ¿Ambas le han trasladado sus peticiones y sugerencias?

— He tenido conversaciones con ambas pero no nos hemos reunido con carácter formal para que me trasladen así las necesidades de ambas fiscalías provinciales.

— Dijo María José Segarra que Luis del Río iba a revitalizar la fiscalía superior de Canarias. ¿Necesitaba este órgano un cambio?

— Lo único que puedo decir es que voy a aportar, he venido a trabajar e intentaré que la Fiscalía funcione de la mejor manera posible para que los ciudadanos tengan una justicia de más calidad.

— ¿Le dejó un regusto amargo la polémica que se creó en torno a su designación en lugar de Garrido?

— No le doy mayor trascendencia y, aunque no comparto muchas cosas que se han dicho, solo pienso en mirar hacia delante y aportar para que el Ministerio Público sea mejor. No perderé energía en cuestiones que no conducen a nada.

— Desde fuera se percibió una notable división en el Ministerio Fiscal con voces favorables y otras tantas críticas a raíz de su designación.

— Está claro que hay distintas sensibilidades en las fiscalías de todo el país y también varias asociaciones profesionales. Creo que en este momento, por mi parte, no es positivo para la institución abrir polémicas y solo pienso en unir y buscar puntos en común. A nivel general me he sentido apoyado por parte de mis compañeros, tanto en lo profesional como en lo personal.

— En su momento, se dijo que usted era el hombre de López Aguilar para luchar contra la corrupción y ahora ha sido nombrado por un gobierno socialista. ¿Le molesta que le relacionen con un partido político?

— En ese tipo de polémicas no entro y creo que la Justicia tiene que ser independiente y estar al margen de todos los partidos políticos. En mi caso, nunca he sentido la injerencia de ningún partido político a la hora de tomar decisiones, ni de ningún nombramiento y otra cuestión profesional.

— A corto plazo, va a tener que lidiar con procedimientos de la envergadura mediática del caso Grúas o el Albagate. ¿Cómo los afronta?

— Hay que afrontar el trabajo con tranquilidad y sosiego y dándole salida a los asuntos bajo el principio de legalidad.

— ¿Le consta que hubo informe de la fiscalía superior de Canarias librando de responsabilidad penal a Clavijo en el caso Grúas?

— No me consta. Si hay algún borrador, hasta que no se visa no es definitivo, pero no me consta que haya existido nada por el estilo. En todo caso, ahora mismo hay que aclarar una cuestión y es que ese asunto está asumido por la Fiscalía Anticorrupción y, por lo tanto, se sale de mis competencias.

— ¿Cómo entendió el hecho de que el caso Grúas lo asumiese la Fiscalía Anticorrupción?

— Es una valoración que han hecho otros compañeros y poco puedo decir sobre ello, solo que lo habrán estudiado y analizado con detenimiento, de forma sosegada y tranquila, y han llegado a esa conclusión. Esa decisión se merece todo mi respeto. Hasta ahora el informe realizado por Anticorrupción dice que habría indicios para abrir una investigación y habrá que ver en qué depara porque el principio de presunción de inocencia nos obliga a esperar que todo transcurra por sus cauces para determinar si esos indicios se confirman o no para formular una acusación. Esto ha pasado en otros casos, pero no tenían la relevancia de éste al tratarse de un investigado con un cargo tan importante como es el presidente del Gobierno de Canarias.

— ¿Cómo vivió desde fuera las críticas vertidas por parte de miembros del Ejecutivo sobre el modo de actuar de la Fiscalía y las dudas que sembraron acerca de su forma de proceder en este caso Grúas?

— En definitiva, una vez más hay que dejar trabajar tranquila a la Justicia, que requiere sus tiempos y necesita estudiar los casos sin presiones externas, adoptando decisiones de forma serena.

— Garrido, en su momento, dijo que no se había sentido presionado por nadie del Gobierno. ¿Ha hablado con alguien del Ejecutivo tras su nombramiento?

— Sobre este tema, por supuesto que no he hablado con nadie del Gobierno autonómico ni antes, ni ahora, ni lo haré en un futuro. Hemos charlado por cuestiones de medios materiales, justicia digital y oficina fiscal, pero jamás del caso Grúas.

— Clavijo no asistió a su toma de posesión. ¿Le sentó mal?

— Ignoro los motivos de su ausencia, pero, en cualquier caso, respeto su decisión.

— En el Albagate, ¿será Garrido el fiscal en este procedimiento?

— Imagino que sí, aunque no he tenido ocasión de hablar esto con él y no veo motivos para hacer cambios.

— ¿Teme que este caso se convierta en un circo como en su momento vaticinó el magistrado Emilio Moya?

— Es evidente que todo caso que involucre a personas que desempeñan funciones en la Administración de Justicia tiene una gran trascendencia social y afecta a valores importante de nuestro estado de derecho. Negar que va a tener trascendencia sería estar ciego y por supuesto entiendo que va a afectar a la imagen de la Justicia en Canarias.

— ¿Ve utópico a medio plazo que la instrucción de las causas penales la asuma el Ministerio Fiscal o es más optimista?

— Es algo de lo que llevamos hablando muchos años y debe de llegar ya que en la mayoría de los países de nuestro entorno, funciona así. Para que esto ser convierta en realidad, habría que hacer una reforma importante y contar, por supuesto, con plantillas de fiscales más amplias.

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