Los mitos sobre la violencia sexual disculpan al agresor y culpabilizan a la víctima
La psicóloga social Mónica Romero llama la atención sobre los estereotipos, «como el haber bebido en una fiesta», que señalan a las mujeres agredidas. La investigadora llama a detectarlos y «derrumbarlos».
Cuando una agresión sexual es «de libro», el típico caso de una mujer de noche que es atacada por la fuerza y violada, «nadie o casi nadie duda de la víctima». En cambio, en situaciones «ambiguas», cuando se da en una situación de fiesta como el caso de La Manada, «los mitos» hacen que se dude de la versión de la mujer agredida. Así lo explicó ayer la psicóloga social Mónica Moreno, docente e investigadora de la Universidad de Granada.
Moreno, que participó en el 14º Encuentro Regional de la Red Canaria de Servicios y Atención a Mujeres Víctimas de Violencia de Género, llamó a «derrumbar los mitos en torno a las violencias sexuales». Unas creencias que coadyuvan a culpabilizar «doblemente» a las mujeres agredidas.
«Hay creencias descriptivas o prescriptivas sobre la agresión sexual que sirven para negar, minimizar o justificar la conducta sexual agresiva que los hombres cometen contra las mujeres», explicó la experta. Por ejemplo, a la víctima «se la juzga porque se ha puesto en peligro, porque estaba bebida», dijo Moreno. En cambio, si es el agresor el que ha bebido, eso «le exculpa» porque no sabía lo que hacía.
Igual ocurre con el comportamiento de la víctima, si se resiste o no a la agresión. «Nadie sabe cómo reaccionaría en caso de que la agredieran», dijo Moreno, «pero la sociedad sí te dice cómo deberías haberte comportado», añadió la experta de nuevo haciendo referencia al caso de La Manada. Además, «cuanto más atractiva sea la víctima menos se le culpa».
«Otro mito es que los hombres son una olla exprés, que cuando se calientan se tienen que liberar», afirmó la psicóloga social.
Moreno inició su intervención recordando los titulares con los que salía a la luz un segundo caso de agresión sexual por parte de los cinco hombres que se hacen llamar La Manada. «La víctima de Pozoblanco no denunció porque nadie la creyó». Los mitos y estereotipos están «en toda la sociedad», señaló Moreno, incluyendo a fuerzas de seguridad y judicatura.
Moreno dijo que en el próximo informe internacional sobre agresiones sexuales, que saldrá en 2019, el número de denuncias será mayor que en el último, que data de 2015. «No porque aumenten el número de agresiones sino porque las mujeres denuncian más gracias a movimientos como el #MeToo». Las cifras en 2015 señalaban que una de cada diez mujeres había sufrido violencia sexual, una de cada 20 habían sido violadas y un 45% se habían sentido acosadas.
Moreno también advirtió sobre el sexismo benévolo que justifica las agresiones al no cumplir las mujeres los roles tradicionales, y llamó a las jóvenes a que renuncien a que las traten «como a una princesa» porque perpetúa los mitos. «Muchas mujeres que son agredidas disculpan al agresor porque las trata bien», señaló Moreno.
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