La formación de los guardias civiles es «nula»

La AUGC indica que cada puesto principal de la Guardia Civil -hay seis en Gran Canaria, cuatro en Lanzarote y dos en Fuerteventura- destina sólo uno o dos agentes a esta tarea «y la gran mayoría manifiesta empatía y sensibilidad con las víctimas», pero reconocen que si el guardia que tiene que atender a una mujer y recoger una denuncia no ha sido formado para este trabajo, «poco se le puede exigir». Es un problema de formación de la institución, no de sus trabajadores», insiste la AUGC.

Aún así, los agentes asignados a los denominados equipos de Violencia de Género (Evi) «se multiplican» para sacar adelante el trabajo, lo que permite que en torno a treinta efectivos den cobertura a la protección de casi 700 mujeres en la provincia de Las Palmas. Éstos, explica la organización, tienen que realizar llamadas a las víctimas, les dan consejos de seguridad personal «y hasta hacen de psicólogos». Además, deben revisar los permisos penitenciarios «por si hay algún agresor entre ellos», actualizar las bases de datos de las víctimas, registrar las gestiones realizadas con todas las víctimas en la aplicación informática para que se sepa qué seguimiento se ha realizado y crear «señalamientos policiales, que son las búsquedas y capturas».

Hay unidades, explican desde AUGC, donde solo dos agentes tienen que llevar la documentación de más de 120 víctimas al día, atender sus llamadas y a la gente que viene a pedir información o comprobar -cuando se producen denuncias de violencia de género- si el agresor ha sido condenado previamente.

Con este volumen de trabajo, creen que sería necesario disponer de entre seis y ocho agentes sólo para el seguimiento de 120 víctimas. Para recoger denuncias de violencias machistas tendría que haber una persona formada en cada turno laboral, algo que «parece lejano».