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Las coladas de lava que no han cesado de descender desde el volcán de La Palma están formando una enorme fajana (o delta). AFP
El delta de lava del volcán corre el riesgo de fracturarse y provocar un fuerte oleaje
Erupción en La Palma

El delta de lava del volcán corre el riesgo de fracturarse y provocar un fuerte oleaje

La directora del Instituto Geográfico Nacional (IGN), María José Blanco, alerta que podría producir explosiones, liberación brusca de gases y olas

Viernes, 8 de octubre 2021, 17:46

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La fajana del volcán de La Palma, el terreno formado por la desembocadura de lava en el mar, corre el peligro de fracturarse. De producirse este derrumbe se liberarían de manera brusca gases y se producirían explosiones en el agua y olas de gran tamaño. La directora del Instituto Geográfico Nacional en Canarias, María José Blanco, alertó este viernes de que tal posibilidad podría ocurrir debido a que el delta «ha alcanzado el límite de la plataforma insular» y, en consecuencia, «es previsible que continúe su avance». Los fenómenos que surjan a causa del desplome del delta lávico no acarrearán peligros para la población, según prevén los expertos.

En el vigésimo día de erupción, la lengua de lava que se desvió el jueves sigue destruyendo fincas de plataneras en su avance. La lengua se desplaza ahora por la fajana creada por el volcán San Juan en 1949, donde precisamente se pudo recuperar terreno para levantar esas explotaciones que están siendo devoradas.

El frente que se ha independizado de la colada principal se encuentra a unos 150 metros del mar y se encamina a la playa de El Charcón. Conforme vaya progresando, irán devastando más fincas e invernaderos. Este viernes preocupaba en el comité científico la calidad del aire, que se espera mejore hoy debido al cambio de las condiciones meteorológicas, que favorecerán la dispersión de los gases. Las densas cenizas siguen enrareciendo el aire en el norte y el este de la isla, lo que impide el tráfico aéreo. Esta situación incidió también en Tenerife, donde los vuelos tuvieron que ser desviados del norte al sur a causa del cierre del aeródromo ubicado en la parte septentrional de Tenerife.

La actividad sísmica no cesa

Otro factor de inquietud es la incesante actividad sísmica, que puso en guardia a los vecinos de municipios como Villa de Mazo o Fuencaliente. El Instituto Geográfico Nacional (IGN) detectó de madrugada unos 40 terremotos en la isla; uno fue de magnitud 3,8, aunque su hipocentro se encontraba a bastante profundidad, 36 kilómetros bajo el pueblo de Fuencaliente donde acontecieron 33 de los cuarenta temblores.

Los científicos quitan hierro al asunto y desechan por el momento la hipótesis de que surja otro cráter. Sin embargo, no es descartable que aparezcan nuevas fuentes en el entorno del cono.

Los cerca de diez centímetros de polvo volcánico que han cubierto las 83 cabañas dispuestas en el Barranco de las Ovejas, en el municipio palmero de El Paso, hacen peligrar la conservación de este conjunto arqueológico y etnográfico. Incluso fue poblado desde la época aborigen hasta comienzos del siglo XX.

El penacho alcanza los 3.500 metros de altura y la emisión de dióxido de azufre se cifra en 4.900 toneladas diarias, cantidad seguramente inferior a la real. La superficie afectada por la colada se eleva a 471,8 hectáreas, 40,6 más que este jueves. Hasta el momento, hay un total de 59,39 hectáreas de cultivos de plataneras sepultadas, 33,43 de viña y 7,36 de suelo de cultivo de aguacates.

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