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El presidente de la Sección Española de Reporteros Sin Fronteras, Alfonso Bauluz, durante la presentación del informe sobre la libertad de prensa. efe
España retrocede hasta el puestos 32 en la clasificación mundial de libertad de prensa

España retrocede hasta el puestos 32 en la clasificación mundial de libertad de prensa

Reporteros Sin Fronteras (RSF) ha alertado este martes de una «nueva era de la polarización», reforzada por «el caos informativo»

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Martes, 3 de mayo 2022, 15:45

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La organización no gubernamental Reporteros Sin Fronteras (RSF) ha alertado este martes de una «nueva era de la polarización», reforzada por «el caos informativo», que está derivando en un aumento de las «fracturas sociales» a nivel internacional ante una creciente polarización también entre los estados. Una estadística de la que España no sale bien parada. España ha retrocedido tres puestos en la clasificación mundial de libertad de prensa. Desciende, en concreto, hasta el puesto número 32, pese a que el clima de violencia contra los periodistas se ha relajado con la desactivación del conflicto catalán. Lo que sí ha aumentado es la «polarización política» en los medios.

La Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa, que analiza las condiciones en las que se ejerce el periodismo en 180 países y territorios, recoge «los efectos desastrosos del caos informativo, creado por un espacio digital globalizado y sin regular, que favorece las informaciones falsas y la propaganda».

Así, la ONG ha señalado que «en las sociedades democráticas, el desarrollo de medios de opinión al estilo de Fox News y la generalización de los circuitos de desinformación, impulsada por las redes sociales, están provocando un aumento de las fracturas sociales».

«En el plano internacional, la asimetría que existe entre, por una parte, sociedades abiertas y regímenes despóticos que controlan sus medios y sus plataformas, mientras libran guerras de propaganda, debilita a las democracias», ha explicado, antes de subrayar que «en ambos niveles, esta doble polarización es un factor de intensificación de las tensiones».

RSF ha puesto como ejemplo la invasión de Ucrania por parte de Rusia y ha dicho que «se preparó mediante una guerra de propaganda», al tiempo que ha apuntado que China «ha utilizado su arsenal legislativo para confinar a su población y aislarla del resto del mundo, especialmente a la de Hong Kong».

En estos casos, Rusia figura en el puesto 155 --con una caída de cinco puestos respecto al año anterior--, mientras que Ucrania está en el 106 --un descenso de nueve puestos--. Por su parte, China aparece en el 175 --con una mejora de dos puestos--, con Hong Kong en el 148 --que se hunde 68 puestos en el listado--.

«En los regímenes democráticos, la polarización mediática refuerza y alimenta las fracturas internas de las sociedades, como sucede en Estados Unidos --puesto 42-- a pesar de la elección de Joe Biden», ha dicho. «El auge de las tensiones sociales y políticas se ve avivado por las redes sociales y por nuevos medios de opinión en países como Francia --puesto 26--», ha agregado.

El modelo nórdico, a la cabeza

De esta forma, la lista está encabezada por Noruega, Dinamarca y Suecia, que «siguen siendo un modelo en el que la libertad de expresión se realiza en todo su esplendor». Por detrás figuran Estonia, Finlandia, Irlanda, Portugal y Costa Rica, todos ellos con una situación «buena».

Por detrás hay 40 países en situación «bastante buena», entre los que figuran España, Alemania, Canadá, Bélgica, Reino Unido, Francia, Argentina, Sudáfrica, Burkina Faso, Estados Unidos, Corea del Sur y Uruguay, mientras que más de 60 están en situación «problemática», incluidos Andorra, Rumanía, Italia, Polonia, Bosnia y Herzegovina, Japón, Panamá, Perú, Chile, Hungría, Israel, Bulgaria, Túnez, Paraguay, Ucrania, Grecia y Brasil.

En situación «difícil» aparecen 42 países, entre ellos Brasil, Malí, El Salvador, Etiopía, Tailandia, Qatar, Jordania, Guatemala, Bolivia, México, Nigeria, Líbano, Argelia, Marruecos, Emiratos Árabes Unidos (EAU),Libia, Colombia, Filipinas, Turquía e India.

Por último, un total de 28 países cierran la lista con una situación «muy grave», entre los que destacan Bielorrusia, Rusia, Afganistán, Pakistán, Kuwait, Venezuela, Nicaragua, Bangladesh, Arabia Saudí, Bahréin, Egipto, Yemen, Palestina, Siria, Irak, Cuba, Vietnam, China, Birmania, Irán, Eritrea y Corea del Norte.

En este contexto, RSF ha hecho hincapié en que la Unión Europea (UE) es el escenario de disparidades muy relevantes y la situación entre los dos extremos no hacen más que acentuarse«, con Grecia »a la cola de Europa«, en el puesto 108.

«Estas evoluciones dispares reflejan tres tendencias destacables: primero, el regreso de los asesinatos de periodistas en suelo de la UE», en referencia a Giorgios Karaivaz y Peter R. De Vries, asesinados en 2021 en Grecia y Países Bajos, respectivamente, «al más puro estilo mafioso».

RSF ha indicado además que «los periodistas han sido asimilados erróneamente a las autoridades y han tenido que hacer frente a una hostilidad virulenta por parte de manifestantes contrarios a las medidas de lucha contra el coronavirus», con un «elevado número de agresiones físicas» en Alemania, Francia, Italia y Países Bajos.

En otro orden de cosas, ha hablado de «una represión al alza en Europa del Este y en Asia Central», con unas «consecuencias devastadoras sobre la libertad de expresión» derivadas de la invasión de Ucrania, incluidos cinco periodistas muertos durante el primer mes de la ofensiva.

«En Rusia, el poder ha asumido el control total de la información, instaurando una censura de guerra creciente, el bloqueo a los medios y la caza a los periodistas críticos, que los empuja al exilio masivo», ha explicado la organización., que ha agregado que «el Kremlin impone su visión de la guerra en algunos vecinos, especialmente en Bielorrusia».

Entorno «cada vez más tóxico» en América Latina

Por otra parte, RSF ha alertado de que en América «los periodistas desarrollan su labor informativa en un entorno cada vez más deteriorado y tóxico», con la pandemia como «un acelerador de la censura», mientras que «la desconfianza hacia la prensa ha seguido ganando terreno».

Así, ha dicho que esta tendencia está «alimentada por una retórica contra los medios y una generalización de los discursos estigmatizantes por parte de la clase política, especialmente en Brasil, Cuba, Venezuela, Nicaragua y El Salvador, lo que »fragiliza la profesión y alienta procesos judiciales abusivos, campañas de difamación e intimidaciones, especialmente contra las mujeres«.

Nicaragua registra la mayor caída en la región, con un descenso de 39 puestos, tras las elecciones de noviembre de 2021. «Los últimos bastiones de la prensa independiente son asediados y la gran mayoría de los periodistas independientes, amenazados por acciones judiciales abusivas, han tenido que huir del país», ha dicho RSF.

A esta situación se suma El Salvador, que registra por segundo año consecutivo una de las caídas más pronunciadas --con una pérdida de 30 puestos--, en parte debido al «peligroso juego» del presidente, Nayib Bukele, de «multiplicar los ataques y amenazas contra los periodistas críticos con su administración, creando así la imagen de una prensa enemiga del pueblo».

México, en el puesto 127, ha registrado además el asesinato de siete periodistas, con lo que se mantiene como el país más mortífero del mundo para la prensa. De hecho, si sitúa en la posición 179 --de 180-- en el indicador de seguridad para los periodistas.

El control de la información

Así, el secretario general de RSF, Christophe Deloire, ha manifestado que «redactora jefe de Russia Today, Margarita Simonian, reveló la base de su pensamiento en un programa de la cadena Russia One, cuando afirmó: 'ninguna gran nación puede existir sin controlar la información'».

«El despliegue de un armamento mediático en los países autoritarios aniquila el derecho a la información de sus ciudadanos y explica, a la vez, el aumento de unas tensiones en el plano internacional que pueden llevar a las peores guerras», ha argumentado.

«En el ámbito interno, la 'foxnewsización' de los medios es un peligro funesto para las democracias, porque socava las bases de la concordia civil y de un debate público tolerante», ha señalado Deloire, en unas declaraciones incluidas en la presentación del informe de la organización.

Por ello, ha defendido que «frente a estas derivas, urge tomar las decisiones necesarias, promoviendo un 'New Deal' para el periodismo, tal y como propone el Foro sobre Información y Democracia, y adoptando un marco legal adecuado que cree un sistema de protección de los espacios informativos democráticos».

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