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«El político abraza al periodista para que no le golpee»

«El político abraza al periodista para que no le golpee»

Lleva el periodismo en la sangre -su padre es Arsenio Escolar, también de la profesión- y dirige Eldiario.es. Para los más televisivos, Ignacio Escolar (Burgos, 1975) es ese tertuliano habitual en La Sexta Noche, Al rojo vivo o las veladas electorales. El pasado viernes participó en Las Palmas de Gran Canaria en un foro sobre la profesión organizado por el periódico digital Canariasahora, asociado a Eldiario.es.

Miércoles, 15 de julio 2020, 12:00

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— Usted dirige un periódico que solo tiene formato digital y yo uno que nació y sigue en formato impreso pero también con soporte digital. ¿Se supone que usted es el presente o el futuro y yo represento el pasado?

— No necesariamente. Las marcas de papel tienen la capacidad de reinventarse. Sí creo que el papel como soporte físico de la información es el presente pero no es el futuro; todavía le queda algo de recorrido. Creo que un periódico digital hace lo mismo que un periódico de papel, pero más rápido, mejor y más barato. Más rápido es evidente; mejor porque se puede ampliar y es inmenso y más barato también es evidente, porque no hay que distribuirlo como el papel. Ahora bien, el periódico impreso tiene atributos incomparables. Todo el mundo lee noticias en el móvil pero nada es comparable a tomarte el desayuno en una buena terraza con un periódico impreso.

— ¿Es el formato lo que está en crisis o es el periodismo en general?

— No, no es el periodismo en general. En Eldiario.es ya tenemos el tamaño de una redacción de un periódico de papel, con cien personas, y en las ediciones locales asociadas trabajan 49 personas más. Y lo hacemos solo en internet, estamos ganando dinero y estamos convenciendo a lectores para que nos paguen como socios, a pesar de que puedan leernos gratis. Eso demuestra que el periodismo escrito tiene futuro y es sostenible.

— Sin embargo, cuando uno mira las noticias más leídas en el día en un periódico digital, no es comprensible que pensemos: «Algo hacemos mal cuando lo más leído es la expulsión de un concursante de »?

— Sí, pero no en todos los periódicos funcionan las mismas dinámicas. Es muy diferente un periódico digital gratuito que uno de pago, porque el tipo de información que la gente demanda es muy diferente cuando pagas que cuando la recibes gratis. En televisión es igual: la televisión gratuita se dirige a hacer Gran Hermano, entretenimiento, espectáculo de muy poca calidad, que mucha gente verá pero que muy poca gente pagaría por verlo. Pero si quieres que paguen, tienes que hacer series como las de HBO o Netflix. El modelo periodístico es muy diferente si lo que buscas es clics o que la gente te pague.

— ¿En los diarios digitales no se ha perdido un poco ese concepto de ese periodismo que va a todo tipo de público, porque se orientan a un público muy ideologizado que asume que aquello que va a leer se asemeja mucho a lo que piensa, con lo que desaparece el ideal del periodista aséptico que diferencia entre noticia y opinión?

— El periodismo ha tenido principios editoriales o ideología siempre, incluso cuando dice que no la tiene. Todos los periódicos nacionales políticos tienen una línea editorial y es cierto que uno de los riesgos de los sistemas de pago por información en internet es que paguen por ti aquellos que están muy convencidos, y que cuando ven algo que no les gusta, dejan de pagar.

— Sí, patrimonializan un periódico que en realidad no es suyo.

— Te piden un periódico independiente pero en sus quejas ves que quieren un periódico de partido. A eso nos rebelamos porque creo que un periódico debe tener principios editoriales, pero eso no debe significar que el primer principio editorial sea la obediencia al partido político más cercano. Eso es una traición a los propios lectores, incluso si son votantes de ese partido. En Eldiario no somos partidistas, y eso a veces nos genera problemas con nuestros propios lectores: unos nos piden que seamos más cercanos al PSOE, otros a Podemos, ahora a Errejón... Eso se combate con pedagogía y con independencia, explicando que por encima de todo está el respeto a la verdad.

— Acaba de mencionar las diferentes izquierdas. ¿No hay demasiados periódicos en ese espectro?

— No lo creo. Creo que hay mucho más periódicos en el espacio conservador que en el progresista. Es verdad que hay muchos periódicos digitales medianos y pequeños en nuestro espacio pero, salvo El País, no hay ninguno mayor que nosotros en el espacio de la izquierda.

— ¿Por qué son tan televisivos los periodistas de los diarios digitales?

— Sí, cierto.

— ¿No es una forma de entrar en cierto espectáculo?

— Primero, esto no es tan nuevo. Ahora hay más espacios de tertulia pero antes, en la España de los 80, Juan Luis Cebrián o Pedro J. Ramírez eran tremendamente conocidos. Luego se pasó a una época de directores anónimos, pero relativamente porque Pedro J. seguía siendo director y continuaba apareciendo. Es verdad que muchos de los periódicos digital, y el mío también, deben una parte del éxito a la popularidad que tenemos algunos periodistas gracias a la televisión, pero no es el único factor. Nos ayuda mucho y durante mucho tiempo fui más conocido como tertuliano que como director de periódico y llevo dirigiendo periódicos y en la cocina de las redacciones mucho tiempo. Creo que tiene más que ver con la necesidad que tienen las televisiones de llevar a directores y periodistas expertos en esa información política.

— ¿Cuánto hay de guion y de teatro en esas discusiones en tertulias como las de ?

— Hay muy poco guion y muy poco teatro. Hay veces en que se me nota enfadado porque lo estoy e irritado porque también lo estoy. Con algunos de estos periodistas, y no me importa decir con quién, tengo una buena relación: con Marhuenda tengo una buena relación, porque él, a diferencia de otros, dice lo que piensa y yo respeto a la gente así. Puedo compartirlo o no, pero lo respeto. Me irritan más otros periodistas, y no diré quiénes, que no dicen lo que piensan. Siempre he defendido que mi manera de ver el mundo no es mejor que la de otro.

— Con esa experiencia de años y habiendo dirigido periódico impreso y también digital, ¿hacer periodismo en España ahora es más difícil que antes? ¿Es más difícil convivir con el poder político o lo realmente complejo es hacerlo con los poderes económicos?

— Ésta es compleja... Creo que en algunas cosas estamos mejor y en otras peor. Desde luego, económicamente estamos peor. Ya me hubiese gustado a mí ser director de periódico en los 90: teníamos muchos recursos, había redacciones muy sólidas y con muchos recursos. Yo vine a dirigir periódicos cuando el oficio estaba en crisis. En la parte de relación con el poder político, creo que estamos mejor porque pasan varias cosas: hay multiplicidad de voces, lo que hace más difícil que antes manipular a la opinión pública; eso nos lleva a que la relación con las fuentes de información sea más fácil, porque tienes que pensar de verdad en tu lector mucho más que antes. Eso te permite también explicarte con las fuentes. ¿Estamos más o menos cerca del poder político? Pues no sabría decirte. Siempre es obligado que un periodista tenga conocimiento directo de las personas de las que habla o de las que opina, y es una relación siempre complicada, porque el político intenta actuar con los periodistas como los boxeadores sonados: lo abraza para que no le golpee. Y hay que resistirse a eso: hay que entender que estás con una fuente y no con un amigo. Yo no tengo ningún amigo en política pero sí tengo muchas fuentes.

— En las anteriores elecciones se incorporaron a las candidaturas, sobre todo en el espectro conservador, varios periodistas. ¿Cuántas veces le han planteado entrar en política?

— Muchas.

— ¿O es usted el que se lo ha planteado?

— No, no me lo he planteado yo pero me lo han pedido partidos diferentes. Y nunca lo haré, pero no porque me parezca mal la política, pues creo que hace falta que se involucre mucha gente. Lo que sí creo es que en el caso del periodista no hay camino de vuelta: si voy a la política, no será para volver al periodismo.

— No hay puerta giratoria.

— En mi caso, no. A lo mejor si eres un periodista que opinas del mar y de los peces, pues puedes volver, pero yo me dedico a hacer información política, y no puedes ser jugador y árbitro.

— En noviembre volvemos a votar. ¿Por culpa de quién? ¿O no hay que verlo como algo negativo?

— Es algo negativo. Y creo que por culpa de varios, no solo de uno. El primer responsable es uno, que es el que más poder tenía, que es Pedro Sánchez. Pero también tienen responsabilidad el resto de dirigentes políticos, empezando por quien negociaba con él, que es Pablo Iglesias, pero también Albert Rivera por no querer negociar absolutamente nada.

— ¿La repetición de elecciones es una decisión del partido o es del presidente y su entorno?

— No es del partido. Una de las novedades de la nueva política es que se han generado hiperliderazgos, y no solo en el PSOE, sino en Ciudadanos, en Podemos y está pasando también en el PP. Esos hiperliderazgos personalistas hacen que no existan contrapesos y creo que esa es una de las razones de que volvamos a las elecciones. Si la decisión de tres aceptar tres ministerios y una vicepresidencia hubiese dependido de toda la organización y no solo de un líder con mucho peso, probablemente la decisión de Podemos hubiese sido otra. Y si la decisión de que lo que valía en julio ya no vale en septiembre hubiese sido de todo el Partido Socialista y no de Pedro Sánchez, es posible que hubiésemos tenido otro desenlace.

— ¿Cómo definiría el PP de Pablo Casado? ¿Es un nuevo PP o no merece ese adjetivo?

— Sí, claro que es nuevo. Es distinto. Creo que tiene varias características específicas: primero, es un PP aguirrista, porque Casado y la gente que le rodea viene de ese PP más rebelde contra el PP de Rajoy que representaba Esperanza Aguirre. Casado formó parte del equipo de Rajoy pero se crió a los pechos de Aguirre y de José María Aznar. Ese PP ha vuelto para disgusto de casi todos los barones regionales, empezando por el gallego, siguiendo por el castellanoleonés y continuando por el andaluz. Creo que también hay un cambio generacional importante. Casado está intentando seguir los pasos de Rajoy y Aznar, pues los dos hicieron lo mismo en el sentido de plantear que el PP es un partido pilar en la democracia y basta con aguantar bastante en el toro mecánico hasta ser presidente del Gobierno. ¿Cómo se aguanta en el toro mecánico de un partido como el PP? Controlando el partido y que todos los que están alrededor y que tengan capacidad de decisión o de moverte la silla, te deban algo.

— ¿Cree que en estas elecciones se puede volver al bipartidismo?

— Creo que no en cuanto a volver al bipartidismo con dos partidos nacionales hegemónicos salpimentados con algunos partidos regionalistas o independentistas. Pero es evidente que todo apunta a que los dos grandes partidos van a tener más votos de lo que tuvieron antes. Ya veremos porque creo que Errejón puede arañar algunos votos al PSOE. Eso de que entre dos actores políticos lo deciden todo no parece que vaya a suceder.

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