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B. Lesmes / Las Palmas de Gran Canaria
Miércoles, 15 de julio 2020, 11:50
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Las actividades extraescolares son un gran complemento en el día a día de los niños, que regresan a las aulas, a las rutinas, horarios y a su agenda educativa desde septiembre. El comienzo de éstas van de la mano del calendario escolar, y pueden hacer más liviana la vuelta a clase, ya que se trata de deportes, prácticas o hobbies que gustan, forman y divierten a todos.
Estas ocupaciones están en la mayoría de los centros educativos y son el binomio más adecuado para que los alumnos puedan formarse fuera de los horarios lectivos en otras habilidades, tanto creativas, deportivas, musicales, académicas o lingüísticas. La fórmula perfecta para que los estudiantes vean en este tipo de actividades un momento de respiro y diversión mientras aprenden, se basa en la combinación de varios factores.
El éxito de una actividad extraescolar es que al niño o niña le interese, le guste y se sienta motivado, ya que de esta forma podrán ayudar a su concentración, capacidad de organización, a su salud física y mental, mejora académica, gestión de las emociones, trabajo en equipo y en otras habilidades como la competitividad, la autosuperación y la socialización.
Según los datos del Instituto Nacional de Calidad y Evaluación (INCE) más del 70 % de los alumnos de Educación Primaria y más del 60% de los estudiantes de Secundaria realizan alguna ocupación de este tipo, en sus mismos centros o en instalaciones especializadas.
Tanto los centros educativos como otros externos tienen un amplio abanico de opciones y una oferta completa para todas las edades, gustos y necesidades, para que de esta forma padres y niños puedan elegir la que mejor cumpla las expectativas y ayude a su autoestima. Deportes, ya sea de contacto, en equipo o individual, actividades académicas como los idiomas o más creativas como el teatro, la danza, la pintura o la música son las más populares, y pueden integrarse en el horario del estudiante desde edades tempranas.
Salud y ejercicio. El deporte es la actividad más demandada para cubrir las tardes después de clases de grandes y pequeños, ya que se trata de una opción muy completa para los niños.
La práctica deportiva favorece el crecimiento físico, el sistema inmune, la agilidad física y coordinación, que entran en juego en deportes individuales como la natación, el atletismo, el tenis, la hípica, las artes marciales o el golf como algunas de las alternativas. Mientras en deportes de equipo el fútbol, baloncesto, voleibol, son otras opciones muy populares, estos tienen el valor añadido de la convivencia y el trabajo colectivo, que ayudan al niño a manejar mejor las emociones y a mejorar sus habilidades sociales.
Apuesta por la creatividadLas tareas que ponen el foco en la creatividad y el desarrollo de la imaginación de niños son también una gran opción para completar la agenda del alumno durante su periodo escolar.
Este tipo de opciones ayudan a gestionar mejor la sensibilidad, la expresión corporal, autocreación, visión espacial, improvisación, autoconfianza y activa los sentidos y el nivel cognitivo, motriz y emocional.
Entre estas actividades, las más populares son el ballet, el baile o la danza, el teatro, el dibujo y el aprendizaje de algún instrumento musical, canto o solfeo. También existen alternativas como la gimnasia rítmica o deportiva, la natación sincronizada, a caballo entre la práctica deportiva y la creativa.
Tardes de otro idioma
Lengua. Las actividades extraescolares que fomentan el aprendizaje de otra lengua y competencias lingüísticas desarrollan beneficios cognitivos y valores, a la vez que ayudan a mejorar las habilidades comunicativas, la dicción, la percepción y el oído, el esfuerzo, la constancia y la agilidad mental.
Diversión. Introducir una segunda lengua en edades tempranas supone un beneficio a medio y largo plazo, además de una manera más rápida y natural de interiorizarlas. Las actividades extraescolares que incluyan un factor académico deben estar siempre orientadas a que el niño se divierta y lo pase bien en ellas, que las vea como un juego y una actividad de ocio y entretenimiento, nunca como una obligación. La enseñanza extraescolar de los idiomas suele tener un carácter lúdico y ser muy flexibles, lo que los convierten en una gran opción para niños de todas las edades.
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