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Foto de archivo escolares con su maestra en la escuela unitaria de Hoya Pineda, en Gran Canaria. C7
43 escuelas unitarias han cerrado en Canarias en los últimos diez cursos

43 escuelas unitarias han cerrado en Canarias en los últimos diez cursos

En las islas hay 126 centros de este tipo. El Consejo Escolar cree son «esenciales en las zonas rurales siempre que se mantengan los servicios»

Sara Toj

Las Palmas de Gran Canaria

Domingo, 11 de diciembre 2022, 07:44

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En los últimos diez cursos han cerrado en el archipiélago 43 escuelas unitarias. Este año las islas cuentan con 126 centros de estas características, un 25% menos que en 2012, cuando el número era 168.

Por islas, Tenerife y Gran Canaria son las que mayor número tienen (32 cada una). Les sigue La Palma, con 30; Lanzarote, con 13; Fuerteventura, con nueve; y finalmente La Gomera y El Hierro, con cinco en cada una.

Solo este curso han cerrado en las islas siete de estos centros, enclavados en zonas rurales donde se mezclan en un aula alumnado de diferentes niveles: en un mismo grupo pueden convivir y aprender escolares en primeros cursos de Primaria y a las puertas del instituto. El motivo del cierre prolongado de estas escuelas es la falta de estudiantes.

Según datos de la Consejería de Educación del Gobierno de Canarias, las últimas unitarias en cerrar sus puertas son las de El Gamonal, en Gran Canaria; Tiagua, en Lanzarote; Los Llanos de la Concepción, en Fuerteventura); Las Nieves y Tacande, en La Palma; La Dama, en La Gomera; y La Zarza, en Tenerife.

Para que estos centros mantengan sus aulas abiertas se tiene que llegar a un mínimo de seis alumnos, aunque se puede estudiar establecer un número menor al tener en cuenta otras circunstancias que hagan que se cuente con menos escolares, como la distancia a otros centros o la distribución por edades, según la normativa canaria de estos centros.

Natalia Álvarez, presidenta del Consejo Escolar de Canarias, entidad que representa a los sectores de la comunidad educativa, destaca la preocupación desde este órgano ante el cierre de unitarias, ya que siempre les ha inquietado la pérdida del «arraigo social» que existe gracias a estos centros en las zonas en las que están ubicados, lugares donde la población está descendiendo. Álvarez destaca que este tipo de centros funciona como un eje comunitario con su entorno, que colabora a su vez en el desarrollo educativo del alumnado a través de actividades.

Prueba de esta conexión, señala, fue lo ocurrido en La Palma. Las familias que llevaban a sus hijos e hijas a las escuelas devoradas por el volcán de Cumbre Vieja en Los Llanos de Aridane, el CEIP Los Campitos y Todoque, deseaban que los mismos continuaran con sus compañeros y compañeras. Todo ello, gracias a la «unión que se crea y el trabajo que realizan los profesionales de estos centros», comenta Álvarez.

Además, el Consejo Escolar defiende que uno de los aspectos positivos de las escuelas rurales es que «fijan población», pues «sin duda, las familias que cuentan con un colegio cerca se mantienen viviendo allí», afirma. Y destaca que este modelo educativo es de igual o mayor calidad que los centros ordinarios, y se garantiza el cumplimiento de los currículos.

Tránsito al instituto

Uno de los papeles más importantes lo desempeña el profesorado. Dependiendo del número de alumnos matriculados, serán un docente o dos los que se encarguen de impartir las materias troncales como tutores. Además, hay otros itinerantes que se desplazan hasta las aulas para impartir diversas especialidades durante la semana.

Natalia Álvarez recalca el «vínculo especial» entre alumnado y profesorado, lo que hace que el paso al instituto sea más llevadero. «Siempre y cuando se mantengan los servicios adecuados», como el transporte, la entidad defenderá la existencia de estos centros educativos, «esenciales en los espacios rurales».

2.575 escolares matriculados: una caída constante

Este año las aulas de las escuelas unitarias cuentan con 2.575 niños y niñas matriculados, un 28% menos que hace diez cursos, cuando el número de alumnos en el periodo de 2012-13 fue de 3.593. El descenso en las matriculaciones ha sido frecuente desde 2012. En la última década, han cerrado sus puestas una media de cuatro centros en cada inicio escolar. Para evitar la desaparición de más centros de este tipo y las escasas matriculaciones, la presidenta del Consejo Escolar de Canarias es clara: «Debe ser un trabajo transversal», ya que no solo se debe considerar lo educativo, también deben entrar en el tablero de juego «planes de desarrollo agrícola y ganadero de las zonas rurales».

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