Brecha de género

Universidades, Educación, Igualdad y Ciencia tienen la intención de crear un grupo de trabajo para reducir la brecha de género en la elección de los estudios universitarios y evaluar posibles medidas, junto a rectores y comunidades autónomas, para buscar un mayor equilibrio de sexos en los grados.

Durante una rueda de prensa para presentar la campaña «Dale la vuelta» contra los estereotipos de género y el estudio cualitativo «Segregación de Género en los estudios universitarios», el ministro de Universidades, Joan Subirats, ha explicado que se está estudiando qué cosas se pueden hacer para revertir una situación que «no es del siglo XXI».

Entre las medidas que ha mencionado y que «son imposibles» de llevar a la práctica sin las comunidades autónomas y las universidades está el reducir el precio de las matriculas «a la parte que nos falta, ya sean hombres o mujeres, o fijar una cuota determinada que fuera creciendo», por ejemplo en grados como Educación Infantil en el que casi el 100 % del alumnado son mujeres.

Pero, ha advertido, «un titular que diga que Universidades piensa reducir la matrícula es bastante absurdo porque no es el caso, lo que estamos haciendo es ver qué otras cosas podemos hacer», ya que, ha resumido, no se puede esperar a que la situación cambie por sí sola.

El estudio presentado, para cuya elaboración se han entrevistado a diez expertas, refleja «la dimensión del problema cuando ves las cifras entre géneros que eligen grados distintos»; «tenemos cifras que no son del siglo XXI, hay una segregación muy fuerte, cuando hay estudios con una presencia de más del 60 % de hombres o mujeres es que estamos en una situación de desequilibrio».

Por ejemplo, en el grado de infantil más del 90 % de la matrícula corresponde a mujeres y en enfermería más del 80 %, mientras que en informática más del 86 % son hombres en y el 74 % en ingeniería.

Según Subirats, hay factores socioculturales y estereotipos que señalan «desde muy pequeña o pequeño» qué profesiones son más masculinas o femeninas y que acaban generando resultados que «políticamente no son satisfactorios» al no reflejar los necesarios elementos de igualdad.

Hay una «atribución de roles desde niño y una cultura de la ciencia que es menos propicia a las mujeres» y que generan unas «marcas de género» en los estudios que «no se pueden aceptar».

Entre las soluciones ha apuntado a seguir potenciando las enseñanzas Steam entre las chicas, buscar más referentes femeninos, mejorar los paradigmas didácticos y trabajar en planteamientos híbridos, es decir, que los estudios más técnicos incorporen elementos más humanísticos y viceversa.

Durante la presentación, la rectora de la Autónoma de Madrid, Amaya Mendikoetxea, ha señalado como muy preocupante que cada vez menos estudiantes -hombres y mujeres- no opten por las profesiones del futuro, relacionadas con el ámbito tecnológico y, en general, mejor remuneradas. La también responsable de la sectorial de igualdad de Crue Universidades ha añadido que entre las causas de la brecha de género en los estudios figuran unos estereotipos «muy arraigados de carácter cultural y psicosocial» y ha abogado por actuar desde edades tempranas pues el desinterés de las niñas por la ciencia empieza en la etapa escolar. En torno a 6 años, ha añadido, «ya tienen repartidos los roles»: ellas trabajadoras y modestas, ellos genios y brillantes. En su opinión es tan preocupante que haya pocas mujeres ingenieras a que haya pocos maestros o enfermeros, por lo que desde la infancia hay que promover acciones divulgativas que visibilice a hombres en sectores feminizados y viceversa.

Jugando con el lema de la campaña «Dale la vuelta», la rectora ha afirmado que también hay que darle la vuelta a la pregunta de por qué las mujeres no se sienten atraídas por ciencia a «qué le pasa a la ciencia y a la tecnología que no ofrecen un entorno cómodo» a las mujeres.

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