Cada día mueren tres personas en Canarias por cáncer de pulmón: «La mortalidad ha bajado»
El oncólogo Delvys Rodríguez defendió en el Parlamento canario el cribado del tumor y recordó que el 85% se detecta en una fase tardía
En Canarias, cada año se diagnostican alrededor de 1.500 nuevos casos de cáncer de pulmón, una patología que se cobra anualmente unas 1.100 vidas en el archipiélago. Es decir, cada día mueren tres personas por esta enfermedad en Canarias, según explicó este miércoles el oncólogo e investigador Delvys Rodríguez Abreu en el Parlamento canario. «Queda mucho por mejorar, por eso estamos aquí hoy», indicó sobre las jornadas monográficas organizadas por la Fundación Canaria de Cáncer de Pulmón (FCCP) en la Cámara regional.
Aunque estas cifras son muy desalentadoras, el médico quiso transmitir un mensaje optimista: «Los datos de los últimos diez años demuestran que la mortalidad ha comenzado a bajar y eso es algo bueno», dijo el jefe del Servicio de Oncología del Hospital Universitario Insular de Gran Canaria.
EN CONTEXTO
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Sexo Hasta ahora los enfermos con este tumor eran mayoritariamente hombres, sin embargo esa tendencia ha variado
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Proporción En el caso de Canarias, en el último año, la patología se detectó en 998 hombres y en 382 mujeres
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En concreto, el oncólogo atribuyó el aumento de la supervivencia a dos aspectos: los tratamientos personalizados diseñados mediante la secuenciación masiva de genes y el avance de la inmunoterapia gracias a los ensayos clínicos.
El más letal y con una alta incidencia
Así y todo, el cáncer de pulmón sigue siendo el tercero con más incidencia en la población española y el de mayor mortalidad.
En el mundo, al año se diagnostican 2,2 millones de casos y se registran 1,7 millones de muertes, lo que representa tres fallecimientos por minuto. En España, los diagnósticos anuales ascienden a 31.000 y las muertes por esta causa rondan las 21.000, lo que supone una muerte cada 20 minutos, señaló el médico.
Para rebajar estas dramáticas cifras, es esencial la detección precoz de la enfermedad. «Entre el 80% y el 85% de las personas diagnosticadas llegan en un estadio avanzado y metastásico», recalcó Rodríguez, quien lamentó que el 15% de los nuevos casos son tratados directamente en cuidados paliativos, porque el diagnóstico «llega muy tarde» y el estado general de salud de estos pacientes está tan deteriorado que no permite aplicar ningún tratamiento.
Defensor del cribado
Por ello, el oncólogo reclamó la puesta en marcha del cribado del cáncer de pulmón. «Está demostrado que funciona, pero requiere voluntad política y recursos sanitarios. No es sencillo», reconoció el doctor, que trabaja en la calibración de un proyecto piloto para testar la eficacia de este sistema en personas con riesgo de desarrollar cáncer de pulmón en Gran Canaria.
Este tipo de chequeos preventivos ya funciona con éxito en países como Polonia, República Checa, Corea del Sur, Canadá o Japón, explicó Rodríguez.
«Vamos a poner en marcha el proyecto Cassandra de cribado de cáncer en una pequeña zona. ¿Cuál es el miedo? Que si se hace un TAC se detecte un nódulo y que el paciente deje de ser una persona sana y entre en las listas de espera, cuando muchos nódulos son benignos», indicó el investigador sobre las reticencias a la puesta en marcha del cribado en las personas con más riesgo de desarrollar cáncer: las personas fumadoras y exfumadoras que han mantenido el hábito tabáquico durante muchos años. Y es que, según precisó Rodríguez, el 80% de las personas que desarrollan esta patología son fumadoras.
En este sentido, el reconocido experto en cáncer de pulmón solicitó a Sanidad que cree consultas de deshabituación tabáquica con psicólogos y neumólogos especializados en esta tarea.
Lucha contra el tabaquismo
Por su parte, la consejera canaria de Sanidad, Esther Monzón, señaló que la lucha contra el hábito tabáquico es fundamental para reducir el impacto del cáncer de pulmón sobre la población.
Una batalla que, según explicó la directora de la Fundación Canaria de Cáncer de Pulmón, Wendy López-Trejo, es muy difícil de librar por la gran presión de la industria tabaquera y de otros agentes económicos, como los de la hostelería, reticentes a que se prohíba fumar en las terrazas. Para contrarrestar la gran normalización del tabaquismo, la fundación realiza campañas informativas en los centros educativos canarios.
«La gente tiene miedo a hablar de cáncer y no te llaman, es muy duro»
La voz de los pacientes se pudo escuchar este miércoles en el Parlamento canario gracias a las jornadas sobre esta patología. Uno de los testimonios más estremecedores fue el de Jorge Munguía, quien señaló que su deseo es mantener la máxima calidad de vida y «morir con cáncer de pulmón, no de cáncer».
Munguía agradeció que los ponentes hablaran del cáncer con naturalidad porque, para muchos, sigue siendo un tabú y un motivo de exclusión. «Una de las cosas de las que más me quejo es que no puedo hacer una vida normal, porque a las personas les da miedo hablar de cáncer; les da miedo hacerme una llamada, les da miedo invitarme a un café, quedar para comer... porque piensan que Jorgito se va a morir ya que tiene cáncer de pulmón, y por eso no le llaman, no cuentan con él, ni hacen una vida normalizada a su lado», comentó sobre su experiencia. Este aislamiento social lo hace sentirse peor, como un «marciano». Una sensación que se suma a la pérdida de su vida laboral y social y que le empuja a identificarse únicamente como un enfermo. «Eso es duro», señaló este hombre, al que le detectaron su tumor en una radiografía. «Me dijeron: 'Vaya usted corriendo al Insular, que no está bien' y, en ese momento, en el hospital entró una persona sana y salió un enfermo», recuerda sobre un diagnóstico que recibió en 2021.
Gustavo Muratore forma parte del 20% de no fumadores que contraen el tumor. «Hacía mucho ejercicio, no fumaba, llevaba una vida normal, trabajaba...», recuerda el médico del hospital Insular, que tuvo que parar en seco su ritmo frenético cuando supo el diagnóstico. Ahora, pasados tres años de aquel impacto emocional y tras tratarse el tumor, ha retomado el trabajo. «Esto le puede pasar al que menos se lo espera», dijo Muratore, que se congratuló de contar con un buen sistema público de salud.
«Mi vida cambió en 2017», dijo Juan Manuel Costa. «No hay nada mejor que un cáncer de pulmón para tirar los cigarros», añadió este hombre dedicado a lo más importante: «seguir viviendo».