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Amós García Rojas, presidente de la Asociación Española de Vacunología (AEV).
Amós García Rojas: «Djokovic, ¡qué gran jugador de tenis y qué pésimo ejemplo!»

Amós García Rojas: «Djokovic, ¡qué gran jugador de tenis y qué pésimo ejemplo!»

El presidente de los vacunólogos españoles se felicita de que la inyección haya frenado la gravedad de los contagios en un contexto «terrible» de incidencia «despiadada»

Lunes, 17 de enero 2022

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Casi 40 años de experiencia como profesional de salud pública, principalmente en las áreas de epidemiología y vacunas, avalan al presidente de la Asociación Española de Vacunología (AEV), Amós García Rojas, (Santa Cruz de Tenerife, 67 años), que estos días no sale de su asombro con el 'caso Djokovic'. «Espero que la gente siga estimando su juego pero no los raquetazos que le ha dado a la lógica científica», zanja el médico, que insiste en los beneficios de la vacunación. García Rojas, que también es jefe de Epidemiología del Servicio Canario de Salud (aunque debería estar jubilado), es un firme partidario del certificado vacunal, también conocido como 'pasaporte covid'.

–Lo primero doctor, le tengo que pedir una reflexión: cómo ve un vacunólogo lo que está pasando con Djokovic, abriendo todos los noticieros del mundo, por su negativa a inmunizarse y la repercusión que ello ha tenido.

–Djokovic, ¡qué gran jugador de tenis y qué pésimo ejemplo para la ciudadanía! Que un deportista referente como es él para tantas y tantas personas haya mentido, que haya concedido entrevistas sin mascarilla siendo positivo... su comportamiento deja muchísimo que desear. Espero que la gente siga estimando su juego pero no los raquetazos que le ha dado a la lógica científica.

–Los contagios en España están disparados, ya pasamos de los 8 millones, pero los efectos no están siendo tan graves en la salud de las personas como en olas anteriores. Sin las vacunas, estaríamos hablando de otra cosa mucho más seria...

–Estamos teniendo una incidencia acumulada brutal, casi podemos decir despiadada, pero no va acompañada paralelamente de un número de personas con cuadros complicados, y esto es fundamentalmente por las vacunas. Están ejerciendo su función que es evitar que se agraven o se compliquen esos cuadros. También es verdad, aunque habrá que constatarlo con más conocimiento, que la variante ómicron está dando lugar a cuadros más leves, pero aún así el hecho de que los casos graves sean mucho más modulados es gracias a la vacunación.

–¿Le preocupa que el porcentaje de vacunados con la dosis de recuerdo sea aún bajo entre los menores de 60 años?

–Las autoridades decidieron administrar una dosis de recuerdo en los grupos etarios por debajo de los 60 años y el hecho de que aún haya personas que no han accedido a esa dosis de refuerzo nos lleva a pensar en que hay que que insistir en la necesidad de cumplir las instrucciones que nos hacen los responsables sanitarios.

–¿Cómo ve que se haya aprobado ya la dosis de refuerzo para los mayores de 18 años?

–Está en consonancia con lo que se está recomendando en toda Europa. Es verdad que desde el punto de vista de la inmunología a lo mejor desde una perspectiva individual no tiene mucho sentido, pero en el contexto de contagios en el que estamos, es una indicación colectiva de salud pública dirigida a toda la población. Por eso sí tiene sentido, por la carga de enfermedad tan terrible que estamos teniendo en estos momentos.

Las dos manos

–Con lo que hemos visto hasta ahora... todavía hay gente que no quiere vacunarse y que tampoco quieren vacunar a sus hijos por miedo... ¿qué les dice?

–Yo creo que el mensaje fundamental que tenemos que dar a las personas que aún no se han ido a vacunar o que tienen dudas es que reflexionen sobre la realidad que estamos viviendo. Estamos hablando de la crisis sanitaria más terrible que ha habido en los últimos tiempos a nivel mundial y, por otro lado, estamos hablando de un producto que está evitando las formas más graves y complicadas de este proceso con el que estamos conviviendo. No hacer uso de este instrumento carece de lógica. Si entendemos que en mi mano izquierda tengo cinco millones largos de muertos que ha dado lugar esta enfermedad en el mundo, y en mi mano derecha tengo los pocos, escasos y generalmente leves efectos secundarios que tienen las vacunas, ¿con qué mano se quedarían?

–¿Qué le parece el plazo de cuatro semanas después de la infección para que las personas contagiadas reciban la dosis de refuerzo? Algunos expertos afirman que no hay un criterio científico para ese plazo...

–Puede que no haya una evidencia científica sólida al respecto, pero tampoco hay evidencias científicas sólidas contrarias a esta decisión. Creo que se ha tomado esa decisión porque no está bien definido el papel de duración de la respuesta protectora que se consigue con la inmunidad natural vinculada a la variante ómicron, y en este sentido con la circulación tan intensa del virus que está habiendo en estos momentos, la recomendación que se ha dado es vacunar a las cuatro semanas porque sí que se conoce cual es la duración de la respuesta protectora de la vacuna frente a la variante ómicron.

–Y la última doctor, ¿cómo valora que la palabra del año 2021 haya sido 'vacuna'?

–Va en consonancia con lo que han significado las vacunas en esta crisis sanitaria. Durante 2021 lo que hemos hecho es intentar disponer de las vacunas necesaria e intentar administrar las mismas, y todo ese esfuerzo ha cristalizado en que tengamos una situación más favorable en cuanto a los casos graves de la enfermedad. Es lógico que sea la palabra del año porque no hemos hecho otra cosa que vacunar, vacunar y vacunar.

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