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LUISA DEL ROSARIO GONZÁLEZ
Las Palmas de Gran Canaria.
Lunes, 27 de julio 2020, 09:02
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Según la última actualización de los datos de la Delegación contra la Violencia de Género, en 2020 han sido asesinadas 25 mujeres, 1.058 desde que se tienen registros. Uno de los últimos casos contabilizados es el de la mujer de 43 años asesinada presuntamente por su ex pareja sentimental y cuyo cuerpo fue hallado sin vida el 20 de julio en Santa Cruz de Tenerife. La víctima fue arrojada a una fosa séptica.
-Usted ha llamado la atención sobre el tipo de asesinatos machistas que se producen en las islas ¿Qué ocurre?
-Efectivamente. Cada vez que tenemos una sectorial a nivel estatal desde Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género están especialmente asombradas por el tipo de asesinatos, el ensañamiento con el que se producen. No solo es matar, sino que se ensañan. Hay descuartizamientos, mujeres quemadas, este último, arrojada a una fosa séptica... No quiere decir que en el resto del país no ocurra, pero aquí los asesinatos son atroces. ¿Por qué? La respuesta no la tenemos. Habría que hacer un estudio. Pero esa es la realidad.
-¿Fue lenta la repulsa del Gobierno en el último asesinato machista?
- Tenemos un acuerdo con la delegación del Gobierno contra la Violencia Machista de esperar a su confirmación excepto en aquellos casos que no entran en la ley a nivel estatal sino a la ley violencia de género canaria. Cuando no hablamos de pareja o expareja es la dirección del ICI quien decreta si es un caso de violencia machista, y tenemos que asegurarnos. En este caso estaba claro que era un caso de violencia machista, pero no encontraban el cuerpo y, una vez que se encontró, se tuvo que identificar a la persona y eso llevó un tiempo. Lo que hicimos fue esperar y seguir el protocolo porque no nos podemos equivocar, es muy fácil perder la credibilidad y por una cuestión de horas no voy a arriesgar toda la tarea que hemos hecho. Mi objetivo no es llegar la primera a hacer el minuto de repulsa, sino posicionarnos cuando está decretado oficialmente. En estos casos la sociedad civil, el movimiento feminista, tiene un papel y unos tiempos y ritmos propios que no tienen que ser los del Gobierno.
-¿Le falló el sistema a Carolina F.? La víctima había denunciado, tenía una orden de alejamiento.
- Había una orden de alejamiento y, efectivamente, hay que investigar y saber qué pasó y qué falló. Pero es importante saber que el sistema funciona, que tenemos que confiar en él. Puede que tenga gritas que no funcionan y nos vamos dando cuenta por el camino de qué tenemos que reforzar. Pero el sistema funciona. La denuncia es importante y los recursos están ahí y es importante que no se pierda la confianza y sobre todo que aquellas mujeres que sufren malos tratos sepan que hay una salida. A lo mejor no es lo ideal porque querrían tener una gran familia que las apoyase, pero para los casos que no la tienen es importante que sepan que hay una salida. No será perfecta, pero sí será un trampolín para esa vida soñada. Es importante transmitir eso porque si nos quedamos con que ha fallado una cadena del sistema y echamos por la borda todo, inversión, los recursos humanos que hay detrás... Es injusto para los y las profesionales que están ahí sosteniendo este sistema y transmite un mensaje que no es cierto: Hay recursos, hay protocolos y el Gobierno está ahí . No puede ser que un posible fallo lo arruine todo.
-¿Falta más implicación social?
- Cuando pasan estas cosas me llaman y me preguntan qué está haciendo el ICI, pero esto no está en la manos el ICI, ni del Gobierno, ni del asociacionismo, ni de los medios. Tenemos que tomar conciencia de que esto no es un problema privado, ni de puertas para adentro, ni de cuatro locos. Es un problema social que nos incumbe a todos y a todas. Para acabar con esta lacra, esta enfermedad social, tenemos que estar todos a una o perderemos siempre. Necesitamos hacer un trabajo conjunto porque un feminicidio es la punta del iceberg.
-La violencia machista aumentó en el confinamiento.
- Han aumentado los malos tratos y las denuncias. El de Tenerife ha sido el primer asesinato pospandemia, ojalá sea el último. Tenemos que tomarnos esto en serio y ser conscientes de la violencia de la vida cotidiana y no tolerarla porque es la base de estos asesinatos.
- ¿Mascarilla-19 ha llegado para quedarse?
- Se han creado una serie de recursos de emergencia que se van a quedar ahí como propios. Con Mascarilla-19 otras entidades que no son farmacias han pedido unirse, pero vamos a establecer unos mínimos. Lo ideal será poder implicar a todos los negocios de los barrios porque eso los posicionaría y tiene un impacto directo, eso crea conciencia social y el maltratador sentiría no solo que están ojo avizor sino que reprueban su comportamiento, que está acorralado.
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