A Esther Lidia ‘se le olvidó que era yo’
Efrén Alemán quiso hacer un homenaje a su madre con alzhéimer avanzado escribiendo un libro en el que recopila su experiencia con la «devastadora» enfermedad. Ayer se celebró el Día Mundial de la patología en el centro sociosanitario El Pino.
La historia de Esther Lidia García González, enferma de Alzhéimer, «no sería diferente a la de otros afectados, sino fuera porque le llegó siendo joven», señala su hijo, quien puntualiza que se le diagnosticó cuando contaba con 49 años y hoy, con 57 su estadío es «muy avanzado. Tanto que apenas habla; solo es capaz de decir monosílabos, y hace años que no nos reconoce ni tiene recuerdos de su vida».
Efrén Alemán es uno de sus dos hijos gemelos, de 32 años, licenciado en Traducción e Interpretación, a la que ha querido rendir homenaje relatando en un libro titulado Se le olvidó que era yo, editado por Círculo Rojo, las experiencias de la familia y, en particular, de él en la lucha contra el tiempo que roba esta patología. «Es muy duro, era muy joven cuando se le detectó y se hace muy complicado aceptar esta realidad, sobre todo cuando te informan que cuando afecta en edades tempranas, su evolución es mucho más rápida y difícil de controlar, En solo ocho años ya no está con nosotros», explica.
Con este libro, que se presentó ayer en el programa de actos de la celebración, con el lema Sigo siendo yo, del Día Mundial del Alzhéimer en el centro sociosanitario El Pino, Alemán quiso compartir sus vivencias y emociones con otros familiares de residentes de El Pino su vivencias. Su madre reside allí desde hace dos años. «Lo más duro y complicado para un familiar de un afectado de Alzheimer es la fase de negación de la enfermedad. Aceptar que tu madre, como es mi caso, no te reconoce, que no recuerda su vida ni los nombres de su pareja, de sus hijos, que no recuerda su cumpleaños...Nada de lo que ha sido y hecho en la vida».
Se le olvidó que era yo cuenta la experiencia de este joven con la enfermedad, en primera persona y de una manera muy emotiva y profunda, «y con el que trato de dar fuerzas y ganas por seguir adelante, pese a cualquier contratiempo, a través de la «metáfora y la prosa a enfermos y familiares», afirmó. «El alzhéimer es una enfermedad muy dura para todos los familiares que han de lidiar con la desmemoria paulatina, el inexorable olvido de un ser querido, sobre todo, cuando hablamos de una madre», señaló.
En el caso de la familia de Esther Lidia, su madre y su abuela también padecieron alzhéimer por lo que sus hijos «podríamos tener un componente genético a desarrollar la enfermedad». «Cuando toca no queda más remedio que afrontarla y lo mejor que se pueda», puntualiza Efrén Alemán.