Borrar
Vea la portada de CANARIAS7 de este viernes 29 de marzo
El Tenerife desconocido, de charco en charco

El Tenerife desconocido, de charco en charco

La costa tinerfeña, dibujada por las sucesivas coladas volcánicas, esconde rincones únicos y apenas frecuentados por la población foránea.

Canarias7 / Santa Cruz de Tenerife

Jueves, 1 de enero 1970

Necesitas ser registrado para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Canarias apenas tiene ya rincones inexplorados y Tenerife no es una excepción. Lo que sí es cierto es que aún quedan lugares que han logrado escapar de los circuitos turísticos. Los charcos que salpican la costa tinerfeña son auténticos refugios para quienes huyen de playas y piscinas masificadas.

De charco en charco, se puede dar la vuelta a la isla, aunque no en un mismo día. Y, claro está, el accesos a estas piscinas naturales formadas por las sucesivas coladas volcánicas no siempre es fácil.

La ruta de los charcos bien podría comenzar en Tejina (La Laguna), donde está uno de los más conocidos de la isla, el de Jóver. Se trata de un piscina natural en la que se ha intervenido para dotarla de accesos adaptados a personas con movilidad reducida. Entre sus atractivos están las magníficas vistas del macizo de Anaga vistas que ofrece.

Más al norte, comienzan las opciones más naturales. Y una es, sin duda, el charco de La Laja, en San Juan de la Rambla. En el mismo pueblo en dirección a La Laja y apenas bajando unos escalones se abre el charco de aguas cristalinas en el que uno está casi solo, eso sí, si va cualquier día entre semana, porque los fines de semana está bastante concurrido.

De San Juan de La Rambla hasta La Guancha son dos pasos. Allí, en un tramo muy corto de costa están el charco Verde, el charco de La Arena y el charco del Viento. A este último se puede llegar de manera sencilla en coche, pero a los otros dos hay que ir caminando. Se trata de tres charcos de una belleza volcánica singular que, hasta con la marea baja, son un auténtico lujo.

Del norte de Tenerife, damos el salto hasta Santiago del Teide. En su núcleo costero de Playa de Santiago se encuentra uno de los charcos más singulares de la isla, el Tancón. Su rareza radica en que está dentro de una cueva, pero esta peculiaridad lo convierte también en peligroso, en especial cuando la marea está llena.

Y, por último, aunque hay muchos más, se puede acabar la jornada viendo atardecer frente a La Gomera en el charco de La Jaquita, en Guía de Isora. Es una zona intervenida, pero espectacular.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios