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San Ginés retoma el alto de 1843

San Ginés retoma el alto de 1843

Desde este lunes ofrece la iglesia de San Ginés una estampa muy similar a la que tuvo en 1843. De nuevo luce la parroquia matriz de Arrecife su torre del campanario con linterna y veleta, tras casi dos años y medio de espera; lista así la estructura para ser eje central de la misa del viernes, en el día grande de las fiestas arrecifeñas.

Jueves, 1 de enero 1970

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La instalación del remate del campanario, réplica del que hubo que quitar en marzo de 2015, por seguridad al temerse por un posible desplome, fue cosa de poco menos de dos horas. Testigo principal fue el titular de la parroquia, Miguel Hernández, con cara de satisfacción lógica por ver cómo cobraba forma el trabajo de muchos interesados en lograr que la iglesia recuperara la imagen adulterada hace dos años y medio. «Me siento feliz de que se haya restaurado», dijo una vez vista la torre bien asentada (aunque a expensas de que se recuperen los aspectos cromáticos que tuvo hace medio siglo).

«Y ojalá dure otros 175 años más», añadió el religioso, en alusión a los tiempos en que la torre fue instalada, entre 1842 y 1843, gracias al tesón del cura de San Ginés de entonces, Francisco Acosta Espinosa, quien tuvo la suerte de estrenarse como primer párroco arrecifeño en 1798, cuando tuvo lugar el reconocimiento canónico el templo. Fue este mismo religioso quien diseñara e impulsara la instalación de la torre, en la vertiente sur de la iglesia, con 25 metros de alto. Atendiendo a estudios del historiador José Manuel Clar, como cura titular de San Ginés pudo disfrutar Francisco Acosta Espinosa durante un año de la iglesia en su forma actual, toda vez que fue obligado a jubilarse en 1844.

La nueva linterna de la torre ha sido elaborada por Alberto Perdomo en su taller de Haría, con la ayuda de su padre, Manuel Perdomo. Para ejecutar el trabajo se han basado en el estudio elaborado por el arquitecto Martín Martín, centrado en dar protagonismo tanto al muñón central, como a la semiesfera pétrea superior, con la veleta de remate. Se han empleado materiales destinados a que la estructura perdure en el tiempo, con presencia de elementos a base de madera tratada y fibra de vidrio. Cuenta la estructura con un peso de más de una tonelada, similar a la linterna que hubo que desmontar.

Cabe indicar que la rehabilitación de la torre supone dar un gran colofón a una serie de obras destinadas a recuperar el templo matriz de la capital lanzaroteña, siendo, en concreto, la quinta fase de las obras, que han contando con un desembolso de más de 100.000 euros, según cálculos del párroco Miguel Hernández. Las primeras cuatro fases consistieron en recuperar la casa parroquial, remozar el exterior de la iglesia, rehabilitar el lateral que dar al mar (muy afectado por la humedad y la sal) y cambiar la iluminación interior.

Tanto la retirada en marzo de 2015, como la posterior recuperación de la torre ejecutada este año, tuvieron que hacerse con supervisión de especialistas de la Unidad de Patrimonio del Cabildo.

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