Borrar
Ricos de aquí, nobles en Génova

Ricos de aquí, nobles en Génova

La familia Lercaro fue una de las más importantes que se instalaron en Canarias tras la conquista. De origen genovés, los Lercaro nunca tuvieron título nobiliario en España, pero en el siglo XVIII reclamaron los que le correspondían en la República de Génova. Y los obtuvieron después de un largo litigio recogido en cientos de documentos que están en archivos de TenerifeSanta Cruz de Tenerife

Jueves, 1 de enero 1970

Necesitas ser registrado para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Los archivos del Museo de Historia, la Biblioteca de Humanidades de la ULL y el Archivo Histórico Provincial de Santa Cruz de Tenerife contienen «el más rico archivo documental de cartas privadas de una familia de origen genovés fuera de Italia». Esto lo decía en 2002 el historiador italiano Sandro Pellegrini tras la publicación de Los magníficos de Lercaro. Un archivo genovés en Canarias, un libro que ahora reedita, por primera vez en español, el Museo de Historia de Tenerife.

Esa familia de origen genovés conformó, primero en La Palmas de Gran Canaria y luego en La Laguna, la casa Lercaro, una de las más importantes de cuantas que se asentaron en Canarias tras financiar a la Corona en la conquista. Pero en España nunca obtuvieron reconocimiento, ni título nobiliario alguno.

El ensayo de Pellegrini se centra en los documentos expedidos y recibidos por los Lercaro en el siglo XVIII, después de que Diego Lercaro asumiera la jefatura de la casa en La Laguna y heredara también la casa de Génova, donde los Lercaro eran magníficos, la nobleza con la que la Serenísima República reconocía a los hijos de sus linajes más ilustres.

Recuperar el título no les fue fácil. Cientos de cartas y documentos viajaron entre La Laguna y Génova para demostrar que los Lercaro de Canarias eran los legítimos magníficos y no los de Génova, encabezados por María Caterina Negrona.

Angelo, uno de los tres hijos de Diego Lercaro, es quien viaja a Génova para reivindicar el título nobiliario de su padre allá por 1727. La gran cantidad de documentos inéditos escritos en italiano, y la masa de papeles dirigidos a Génova para obtener el reconocimiento de «nobles de Génova», aún estando en un territorio lejano, evidencia «su deseo de obtener un título nobiliario y los derechos económicos ligados a ese estatus», explica Jesús Duque, técnico del Museo de Historia.

Tras un largo litigio, en 1781, los Lercaro laguneros reciben el dictamen del tribunal genoves en su favor. Pueden inscribirse en el Libro de Oro de la República, junto a las mejores familias, y exhibir en Canarias su título de «príncipe de sangre».

La rama de los Lercaro que desde la mitad del siglo XVI se trasladó a vivir a Canarias «posiblemente desde Sevilla, donde ya existía un barrio de genoveses», nunca rompió sus vínculos con Génova, explica Jesús Duque, técnico del Museo de Historia de Tenerife, y de eso dan fe la infinidad de documentos que hay en los archivos tinerfeños desde ese siglo hasta el XX, «porque la familia aún tiene descendientes en La Orotava y La Laguna».

Los Lercaro, como genoveses que eran, también se constituyeron en albergue, «una especie de institución jurídico-administrativo-política en la que el apellido no solo se adquiría por herencia de sangre, sino que eran de franquicia comercial, como un clan».

Esto se puede ver, indica Duque, en los documentos estudiados por Sandro Pellegrini para su ensayo I magnifici Lercaro di Tenerife, ahora revisado y traducido al español, pero también advierte de que «quien afronte su lectura no va a encontrar una secuencia completa de la familia, una biografía como, por ejemplo, la de Geoffrey Parker sobre Felipe II, sino que Pelligrini ofrece pequeños flashes sacados de documentos seleccionados que, ciertamente, aporta datos muy curiosos de los Lercaro de Tenerife».

Duque destaca, además, «la gran importancia de la conexión entre Génova y Canarias» que fue muy frecuente, dice, desde el redescubrimiento de las islas, en 1339, por Lanzarotto Malocello, documentado por el investigador Alberto Quartapelle.

Los Lercaro de La Laguna aportaron a su causa para recuperar el título de magnifico de la República de Génova, frente a la rama de la familia que vivía allí, infinidad de documentos.

Para armar la prueba de que eran descendientes directos de una de las 28 familias Dogo de la República (se repartían su gobierno dos años cada una), los Lercaro de La Laguna movieron documentos que enraizaban más si cabe su estirpe con Canarias desde el siglo XVI y sus vínculos con otras familias principales.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios