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Patrimonio humilde que se pierde

Patrimonio humilde que se pierde

Una palmera a tamaño natural pintada en el muro medianero de dos de las casas terreras más antiguas de El Toscal es la acción artístico- reivindicativa con la que el pintor Luis Eduardo Fierro quiere visibilizar no solo el estado abandono de este barrio de Santa Cruz de Tenerife, sino del patrimonio arquitectónico tradicional de toda Canarias.

R. R. / Santa Cruz de Tenerife

Jueves, 16 de julio 2020, 14:32

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Las casas terreras, las más humildes, pero las que salpican todos los paisajes del archipiélago, son el máximo exponente de la arquitectura tradicional canaria, pero están desapareciendo a pasos agigantados unas veces por desidia de sus propietarios y la mayoría por dejadez de las administraciones públicas.

Un claro ejemplo está en el barrio de El Toscal, en Santa Cruz de Tenerife, donde se concentra buena parte de la arquitectura popular de la ciudad. También en La Laguna, pese a ser Patrimonio de la Humanidad, las casas terreras están «en serio peligro de extinción».

Las ganas de los vecinos por salvar el barrio son inmensas pero chochan con la burocracia y eso, precisamente, es lo que hace menos de un mes quiso reivindicar el artista Luis Eduardo Fierro con la ejecución de un gran mural junto a las dos casas más antiguas de El Toscal, del siglo XVIII.

«La auténtica arquitectura tradicional no tiene protección y está abandonada y en ruinas en toda Canarias», asegura Fierro, que desde hace año y medio está inmerso en un proyecto de recogida de firmas y en acciones artístico-reivindicativas con las que busca visibilizar el abandono de este patrimonio, «el más pobre, pero que el que está presente en toda Canarias», dice.

Como Fierro, han denunciado el abandono y destrucción de las casas terreras el lagunero Álvaro Santana Acuña, doctor en Sociología por la Universidad de Harvard y profesor en el Whitman College de Washington, y el colectivo que publica la revista Rincones del Atlántico, entre otros.

Fierro lamenta que «el barrio más antiguo de Santa Cruz «esté inmerso en una especulación atroz desde hace décadas y el resultado es el abandono, la ruina y la desidia lamentable de las administraciones». Su interés por este patrimonio lo ha llevado a emprender dos acciones «100% reivindicativas», una en Güímar a finales del año pasado, donde pintó con «pintura al agua, brochas y pinceles, nunca grafiti», un gran mural en la ruinosa casa del obispo Pérez Cáceres, y la del mes pasado en El Toscal, donde hizo una palmera a tamaño natural, las tejas y el mar por encima del tejado «porque a Santa Cruz le robaron hasta el acceso al mar».

Pero su acción no se ciñe solo a Tenerife. «Este es el principio», dice, porque pretende recorrer Canarias mostrando el abandono en el que están sus casas terreras.

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