Borrar
Una hora de tope para dar con la salida

Una hora de tope para dar con la salida

Jueves, 1 de enero 1970

Necesitas ser registrado para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Ambos de Arrecife y con poco más de 30 años, fue en Barcelona donde Aitor Hernández y José Guerra experimentaron en primera persona cómo son las salas dedicadas al escape room. Convencidos de que a Lanzarote había que hacer llegar el fenómeno, pusieron manos a ello, cobrando estos días forma la atracción, que ya opera en la calle Juan Brito de la capital, junto a la Medular; para todo tipo de público.

El establecimiento de momento ofrece tres salas, con distintos niveles de dificultad, si bien coincidentes todas en que los jugadores, en un mínimo de un par por sesión y un tope de media docena, tienen una hora como máximo para dar con la llave que les permita salir triunfadores de la estancia. Todas ellas han sido diseñadas por los propios promotores del negocio, que ya planean una cuarta sala. «Todo es propio, todo ha sido diseñado por nosotros», matiza Aitor a la hora de garantizar que el jugador encontrará en Arrecife aspectos diferentes con respecto a cualquier otro escape room, ya opere en el territorio peninsular, ya esté en alguna otra isla.

Para los principiantes se ha diseñado la sala dedicada a los muertos vivientes, bautizada con el nombre de Dead Land, que con recelo se dejó fotografiar desde el exterior, para así evitar que se conozcan detalles de cómo hay actuar para salir.

Para quien tenga alguna noción del juego se cuenta con una sala de dificultad intermedia, bautizada con el nombre de La Oficina, donde los jugadores para salir airosos deben dar con un político corrupto interesado en «instalar una central nuclear en Timanfaya», relata José.

Y para quienes se consideren capacitados para resolver un reto de alta dificultad está la sala conocida como El Manicomio, consistente en una recreación de una prisión para personas altamente inestables a nivel mental.

Tras varios días de servicio de cara al público, ya se cuentan por decenas los que han podido disfrutar de este nueva oferta de ocio en territorio lanzaroteño, con el añadido de que han servido para dar difusión de ella. Por ello, Aitor y José, que de momento se encargan personalmente de ser los mentores directos de los jugadores, tienen en cartera contratar a una persona para que asuma esta responsabilidad. Contando con este requisito, «queremos llenar las tres salas todos los fines de semana y entre semana, por las tardes», coinciden a la hora de hacer planes de futuro mientras invitan a conocer detalles de la actividad en www.escaperoomlanzarote.com.

Ambos de Arrecife y con poco más de 30 años, fue en Barcelona donde Aitor Hernández y José Guerra experimentaron en primera persona cómo son las salas dedicadas al escape room. Convencidos de que a Lanzarote había que hacer llegar el fenómeno, pusieron manos a ello, cobrando estos días forma la atracción, que ya opera en la calle Juan Brito de la capital, junto a la Medular; para todo tipo de público.

El establecimiento de momento ofrece tres salas, con distintos niveles de dificultad, si bien coincidentes todas en que los jugadores, en un mínimo de un par por sesión y un tope de media docena, tienen una hora como máximo para dar con la llave que les permita salir triunfadores de la estancia. Todas ellas han sido diseñadas por los propios promotores del negocio, que ya planean una cuarta sala. «Todo es propio, todo ha sido diseñado por nosotros», matiza Aitor a la hora de garantizar que el jugador encontrará en Arrecife aspectos diferentes con respecto a cualquier otro escape room, ya opere en el territorio peninsular, ya esté en alguna otra isla.

Para los principiantes se ha diseñado la sala dedicada a los muertos vivientes, bautizada con el nombre de Dead Land, que con recelo se dejó fotografiar desde el exterior, para así evitar que se conozcan detalles de cómo hay actuar para salir.

Para quien tenga alguna noción del juego se cuenta con una sala de dificultad intermedia, bautizada con el nombre de La Oficina, donde los jugadores para salir airosos deben dar con un político corrupto interesado en «instalar una central nuclear en Timanfaya», relata José.

Y para quienes se consideren capacitados para resolver un reto de alta dificultad está la sala conocida como El Manicomio, consistente en una recreación de una prisión para personas altamente inestables a nivel mental.

Tras varios días de servicio de cara al público, ya se cuentan por decenas los que han podido disfrutar de este nueva oferta de ocio en territorio lanzaroteño, con el añadido de que han servido para dar difusión de ella. Por ello, Aitor y José, que de momento se encargan personalmente de ser los mentores directos de los jugadores, tienen en cartera contratar a una persona para que asuma esta responsabilidad. Contando con este requisito, «queremos llenar las tres salas todos los fines de semana y entre semana, por las tardes», coinciden a la hora de hacer planes de futuro mientras invitan a conocer detalles de la actividad en www.escaperoomlanzarote.com.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios