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Arrecife, la moderna capital del agua

Arrecife, la moderna capital del agua

El urbanista Juan Palop avanza en su proyecto de la futura ciudad de la Biosfera, que cambia el modelo de urbe, partiendo de cuatro bulevares, llamados Caminos del Agua, en el cauce de los barrancos, para unir los barrios y el centro. Una apuesta por priorizar al peatón y por aprovechar hasta la última gota de agua de lluvia

Jueves, 1 de enero 1970

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El arquitecto y urbanista Juan Palop sigue trabajando dentro del proyecto Arrecife capital de la Biosfera, encomendado por el Ayuntamiento al Cabildo, a través de la Reserva de la Biosfera, y que pretende rediseñar la ciudad «aprovechando el enorme potencial que ofrece Arrecife». En este potencial se incluye un nuevo modelo de desarrollo urbano, según explica Palop. «Hasta ahora Arrecife se había construido en círculos concéntricos o en vías paralelas que iban desde el litoral hasta el interior, lo que dejó a los barrios aislados en la periferia», describe este estudioso.

«Ahora, aprovechando la naturaleza y sus recursos se pretende trazar una nueva urbe a través de cuatro bulevares peatonales, en los que el peatón recobrará el protagonismo, frente al transporte rodado. Estos cuatro bulevares llamados Caminos del Agua, aprovechan el curso natural de los barrancos que van desde la periferia al mar, uniendo así los barrios y el centro», dice.

A su vez en el subsuelo de estos bulevares, se pretende construir un sistema de drenaje de forma que el agua de la lluvia pueda ser recogida en aljibes y maretas (muchos ya existentes), que se interconecten a lo largo de una red en el subsuelo; y hacer que, a su vez, este agua natural caída del cielo, sirva para el mantenimiento de la vegetación y el arbolado, ahorrando recursos en su transporte a través de tuberías para desaguar en el litoral, y generando después un nuevo gasto a la hora de desalar ese agua.

«De este modo se vuelve a la antigua cultura del agua, perdida con la llegada de las desaladoras, se aprovechan los recursos hídricos al máximo, que a su vez se reutilizan para regar la basta vegetación con lo que se pretenden poblar los cuatro bulevares», señala el arquitecto. «Debemos aprovechar la infraestructura que nos da la naturaleza», sintetiza. Así se pretenden aprovechar las balsas de agua que se han generado de forma natural en la cabecera de los barrancos, creando lo que Palop llama parques de bioretención, con embalses subterráneos, conectados con la red hídrica de toda la ciudad, para que puedan enviar agua cada vez que sea necesaria a cada punto. «De esta manera se planifica partiendo del agua y la movilidad, dando prioridad al transeúnte caminante», dice.

Al tiempo, estos caminos que unen centro y periferia buscan dar, preferencia del viandante frente al coche particular, y esto enlaza con la idea de dotar a los distintos anillos viarios que rodean la capital, con más de media docena de intercambiadores, donde el usuario que llega de fuera aparca su vehículo y se desplaza en transporte público, en transporte ligero o caminando.

Otra de las premisas del proyecto que capitanea el Cabildo es apostar por nuevax centralidades, dotando a los barrios de todos los servicios necesarios.

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