La Virgen camina hacia la Unesco
Quedan tres años para que la virgen de Las Nieves vuelva a bajar a Santa Cruz de La Palma. En 2020, los palmeros que están en la diáspora y los de los de todos los pueblos de la isla acudirán a recibir a su patrona. Justo entonces ella y todo el patrimonio inmaterial que rodea la Bajada emprenderán camino hacia la Unesco, en busca de una declaración como Patrimonio Mundial.
Rosa Rodríguez y Santa Cruz de Tenerife
Viernes, 16 de junio 2017, 09:23
Decir que la Bajada de la Virgen de Las Nieves merece el reconocimiento de la Unesco y su declaración como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad no es complicado, lo difícil es armar un expediente sólido que pase todos los filtros hasta llegar al organismo internacional que vela por la preservación de los bienes, materiales o inmateriales, cuya perdida sería invaluable para la humanidad. En La Palma están convencidos de que la Bajada merece esa protección a nivel mundial y ya llevan años dando pasos para demostrarlo. El próximo será la celebración en la isla de un congreso internacional dedicado a la Bajada de la Virgen y que tiene como objetivo poner en valor la singularidad patrimonial de la fiesta, cargada de riqueza literaria y con un programa de números tradicionales que se han mantenido a lo largo de los siglos.
El I Congreso Internacional de la Bajada de la Virgen pretende ser «un foro de debate y reflexión» sobre los actos tradicionales de la fiesta, pero «con la visión universal» que dará la participación de una treintena de profesores y estudiosos españoles, europeos y americanos, asegura Manuel Poggio, representante del comité organizador del congreso.
Poggio llama la atención sobre la necesidad de «mantener el rescate de la bajada tradicional que se emprendió en el año 2010», con la recuperación de algunos de los numero que se celebraban sobre todo en el siglo XIX y que viene a poner de manifiesto que la Bajada de la Virgen es mucho más que el enaltecimiento del sentimiento religioso hacia la imagen de la virgen de La Nieves. «Es una manera de medir el tiempo en La Palma» y un «momento de encuentro entre las familias», dice Poggio. Y, aunque religiosidad y festejos cívicos no se pueden separar, en este congreso, que se celebrará entre el 27 y el 30 de julio, se busca profundizar sobre todo en los números lúdicos que se llevan a la calle como parte de la tradición del recibimiento de la virgen de Las Nieves en la ciudad y que lejos de perderse se están recuperando lustro tras lustro, cuando baja la virgen.
