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Misa, del sueño a la realidad

Misa, del sueño a la realidad

La portera teldense María Isabel Rodríguez (Misa) culminó una temporada de ensueño tras ser fichada por el Atlético de Madrid, que se proclamó campeón de Liga. De descanso en su tierra, aspira ahora a debutar en Primera División y jugar el Campeonato Europeo con la Selección Española Sub-19.

Cristina González Oliva y /Telde

Jueves, 1 de enero 1970

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Desembarcó en febrero en el equipo femenino del Atlético de Madrid y la formación consiguió alzarse con el campeonato y quedar subcampeonas de la Copa de la Reina. Pese a que Misa fue convocada para algunos partidos y ha jugado un amistoso, aún no ha pedido debutar con el primer equipo, pero sí con el B. Su objetivo más inmediato es poder jugar un partido en Primera División, tarea complicada porque tiene que disputarse el puesto con dos de las mejores porteras, Lola Gallardo y Andreea Paraluta. El otro reto es acudir con la Selección Española Sub-19 al Campeonato de Europa que se celebra en agosto en Irlanda del Norte. De momento ha sido llamada para los entrenamientos, pero aún no ha salido la lista oficial de jugadoras que acudirán. Se han clasificados primeras y tendrán que competir con la anfitriona, Alemania y Escocia.

Su vida dio un vuelco este año, tras pasar del CD Fermanguin, en Segunda División, a la élite del fútbol femenino y estar junto a las mejores de España. Pese a que reconoce que echa de menos a la familia, la isla, la playa y los amigos, poco a poco ha ido adaptándose a un nivel más exigente, que tiene que compaginar con sus estudios. «No esperaba llegar tan lejos y que pudiera tener esta oportunidad, que no voy a desaprovechar», asegura María Isabel. Ya ha renovado con el equipo colchonero dos años más, hasta 2019.

«En una temporada he cumplido casi todos mis sueños», reconoce esta joven que empezó con seis años a correr detrás de una pelota en el barrio de La Garita, en el club Yoñe, tras dejar gimnasia rítmica. Era la única mujer y competía en la liga masculina. Cuando fue llamada por la Selección Canaria Sub-12 la probaron como portera, y a partir de ahí ha seguido esa senda que la ha llevado a lo más alto y que le obliga rendir al máximo. «No puedes bajar los brazos», asegura. Y explica que el mayor nivel de las compañeras le obliga a exigirse más y a mejorar cada día.

Aspiraciones.

Ya cumplió en 2016 el objetivo de vestir la camiseta de España, cuando debutó en septiembre en Bakú (Azerbaiyán) con la Sub-19 durante la fase clasificatoria del europeo. En ese momento, cuando fue entrevistada por este periódico, ansiaba jugar en un equipo de Primera o Segunda División de la península. Ese reto ya lo ha superado y con creces. El otro, el de llegar a la Selección absoluta, todavía le sobra tiempo y ganas para que sea una realidad.

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