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Médicos sin luz, con cucas y goteras

Médicos sin luz, con cucas y goteras

Prestan un servicio vital. Conforman el equipo médico que primero asiste a una emergencia sanitaria en la calle. Pero trabajan en condiciones indignas, impropias de un sistema de salud occidental. Su sede está en la destartalada estación de guaguas de Telde, un cuchitril que nadie quiere y que comparten con cucarachas, ratones y goteras.

Martes, 21 de julio 2020, 15:29

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Son los médicos y enfermeros de la base de la ambulancia medicalizada del Servicio Canario de Salud (SCS) que tiene a su cargo Telde, Valsequillo, Ingenio, Agüimes y Santa Lucía de Tirajana. También dependen de esta estación una ambulancia sanitarizada y dos de soporte vital básico. Los trabajadores de las dos primeras hacen guardias de 24 y de hasta 48 horas y las tienen que pasar en la antigua y medio abandonada estación de guaguas de Telde, con techos que se caen a cachos, goteras, ventanas condenadas con cartones y cintas de embalar y cuartos como celdas de clausura. Así llevan seis años. Y para colmo, hace poco más de un mes les cortaron la luz en la habitación donde dormían en los periodos inactivos de las guardias.

Están cansados de gritar en el desierto. «Hemos agotado todas las vías posibles, hasta nos llegamos a reunir con el anterior consejero de Sanidad, pero nunca nos han hecho caso». Les limpian una hora dos veces en semana, pero es a todas luces insuficiente. Se les acumula la basura en papeleras y baño. Las mujeres del servicio no cuentan con lavabo, ni con un bidé para el aseo íntimo. No hay duchas separadas para hombres y mujeres. En invierno se hielan de frío, y en verano, se asan. Y a menudo sufren el acoso de pulgas y mosquitos.

Trabajan para empresas privadas, hasta tres, pero el servicio que prestan es público. De aquí salen para salvar vidas, de un edificio en ruinas que el propio Ayuntamiento usa como potrero, para los coches que ya no valen.

Son los médicos y enfermeros de la base de la ambulancia medicalizada del Servicio Canario de Salud (SCS) que tiene a su cargo Telde, Valsequillo, Ingenio, Agüimes y Santa Lucía de Tirajana. También dependen de esta estación una ambulancia sanitarizada y dos de soporte vital básico. Los trabajadores de las dos primeras hacen guardias de 24 y de hasta 48 horas y las tienen que pasar en la antigua y medio abandonada estación de guaguas de Telde, con techos que se caen a cachos, goteras, ventanas condenadas con cartones y cintas de embalar y cuartos como celdas de clausura. Así llevan seis años. Y para colmo, hace poco más de un mes les cortaron la luz en la habitación donde dormían en los periodos inactivos de las guardias.

Están cansados de gritar en el desierto. «Hemos agotado todas las vías posibles, hasta nos llegamos a reunir con el anterior consejero de Sanidad, pero nunca nos han hecho caso». Les limpian una hora dos veces en semana, pero es a todas luces insuficiente. Se les acumula la basura en papeleras y baño. Las mujeres del servicio no cuentan con lavabo, ni con un bidé para el aseo íntimo. No hay duchas separadas para hombres y mujeres. En invierno se hielan de frío, y en verano, se asan. Y a menudo sufren el acoso de pulgas y mosquitos.

Trabajan para empresas privadas, hasta tres, pero el servicio que prestan es público. De aquí salen para salvar vidas, de un edificio en ruinas que el propio Ayuntamiento usa como potrero, para los coches que ya no valen.

Salvar vidas por 14 euros la hora.

¿Cuánto vale una vida? ¿Y cuánto un trabajo que salva vidas? Posiblemente sean preguntas sin respuesta. Por lo pronto, hay médicos que prestan servicio a la Sanidad pública canaria en unidades como esta, para intervenciones de emergencia con la ambulancia medicalizada, que cobran 14 euros la hora, y ello sin descontar la cuota de autónomos. Al enfermero se le pagan 10. También en bruto. Unos y otros están como falsos autónomos, sin derecho a bajas ni a vacaciones. Y así están años. «Tengo que hacerme un mínimo de 12 guardias al mes para un sueldo digno», apunta uno. Tampoco tienen derecho a pluses de nocturnidad, ni de disponibilidad, ni a dietas. Se pagan de su bolsillo desayunos, almuerzos y cenas. Esta estación base de Telde es la hermana pobre del servicio. Hay otras tres ambulancias medicalizadas en Gran Canaria, una con base en el hospital Negrín, otra en el Insular y otra en el San Roque de Maspalomas. Comen y descansan en los hospitales. Y tienen otras condiciones laborales. En Telde les tocó bailar con la más fea.

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