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El ‘Health Cafe’ de Lomo Magullo

El ‘Health Cafe’ de Lomo Magullo

El personal del consultorio médico del barrio teldense organiza terapias informales con sus pacientes fuera de la jornada laboral en las que tratan temas de salud mientras les invitan a café. «Se aumenta la confianza y la complicidad», aseguran

Jueves, 1 de enero 1970

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Hace algo más de un año a Montserrat Aranguren se le ocurrió una idea que ha significado una pequeña revolución en Lomo Magullo, convirtiendo su modesto consultorio médico en una referencia para el resto de los centros de salud de la isla. Con el afán de mejorar la calidad de vida de sus pacientes y acercar aún más a los habitantes de este pequeño barrio de Telde, la enfermera pamplonesa, que lleva casi nueve años en el centro e, incluso, dio el pregón de las últimas fiestas del barrio, organiza, junto al médico, Juan Luis Burgazzoli, unas charlas en las que invitan a un café a la gente de la zona y tratan diversos temas de salud y bienestar. «Me inspiré en el Death Cafe que se celebra en Estados Unidos. Allí la gente se reúne para hablar del duelo y de lo que significa la muerte mientras toman café, y pensé en hacer algo similar para ofrecer consejo médico y escuchar los problemas e inquietudes de los vecinos», explica Aranguren.

Y la iniciativa, su Health Cafe, ha sido un éxito. Lo hacen fuera de su horario laboral, demostrando un compromiso ejemplar por los vecinos de Lomo Magullo. «En agosto y septiembre pusimos un buzón para que la gente aportase de forma anónima los temas que les gustaría tratar en estas reuniones -ahora la temática de las siguientes sesiones se deciden después de cada café-, y en octubre del año pasado empezamos», explica Burgazzoli. Una primera charla que trató sobre la gripe, y ya van más de 12. «Lo hacemos uno o dos miércoles al mes y después pasamos consulta», detallan. Se trata de reuniones informales en la que la participación horizontal es seña de identidad de cada sesión. «Nos cuentan sus problemas y las conversaciones son muy abiertas. Aunque siempre tratamos los temas fijados, podemos terminar hablando de cualquier cosa», señala Juan Luis, destacando los efectos positivos de esta terapia: «Es muy diferente a las consultas convencionales. Los propios asistentes terminan ejerciendo de agentes de salud al trasladar lo tratado en las reuniones a sus amigos, familiares y vecinos».

Para todos los públicos

Da igual la edad, el sexo o los problemas de cada persona. La entrada es libre y los lomomagullenses se enteran del siguiente Health Cafe en los anuncios que se colocan en el propio consultorio, a través de la siempre actualizada página de Facebook del centro médico o por el boca a boca. Y ya luego cada uno decide si el tema principal que se va a tratar le interesa o no. «El perfil de los pacientes que vienen a tomar café y hablar es el de la mujer adulta de unos 65 años, pero también nos llegan hombres y gente de todas las edades», relata Montse. Incluso de fuera del barrio. De media acuden unas 10-12 personas, sin embargo no necesitan más. «Es importante que el número de asistentes no sea muy amplio porque es más fácil así escucharnos a todos y estrechar lazos», razonan. Y no solo hablan, se atreven incluso con experimentos, como el que realizaron con una botella, algodón y un cigarro. «Queríamos demostrarles los efectos perjudiciales que tiene el tabaco». En cada reunión puede haber una nueva sorpresa.

Son sesiones de todo menos aburridas. La improvisación y la participación sustentan estos Health Cafe. «Es un desahogo para las dos partes, no solo para los pacientes. Nosotros aprendemos mucho escuchándolos en un ambiente más relajado, ya que gracias a estas reuniones conseguimos aumentar la confianza y la complicidad. Nos permite ofrecerles mejores soluciones», relata el médico, que lleva solo un año y medio en el centro, pero su relación con los vecinos es excelente gracias a esta iniciativa, que le ha ayudado a integrarse por completo y ganarse la confianza del barrio. Eso sí, no sabe si esta novedosa idea sería extrapolable a otros centros de salud de Gran Canaria. «Que estemos en un sitio tan pequeño con un ambiente rural fantástico hace que sea posible. Se cumplen todos los requisitos para que esto salga bien, pero no sé si funcionaría en otros lugares», aclara. Ojalá fuese así, porque lo que han conseguido Montserrat Aranguren y Juan Luis Burgazzoli con su original Health Cafe en Lomo Magullo es un ejemplo y una bendición para todo el barrio.

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