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El gran salto de una joven bailarina

El gran salto de una joven bailarina

Con solo 11 años, la joven teldense Lucía Castellano ha entrado al Real Conservatorio Profesional de Danza Mariemma, de Madrid. Y lo hizo con la nota más alta de todas las que optaban al primer curso, al conseguir un 7,6; pero además obtuvo la tercera mejor puntuación de las que se presentaron a las pruebas de todos los niveles.

Cristina González Oliva

Jueves, 1 de enero 1970

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Lucía se enfrenta el próximo curso, con 12 años ya cumplidos, a todo un reto en la carrera profesional de una bailarina de ballet. No solo porque sus estudios se intensifican y se vuelven más exigente, sino porque tendrá que vivir en Madrid, lejos de su familia. Pero es el camino al que decidió optar si quiere avanzar en esta difícil disciplina. Sin embargo, esta aventajada alumna de la Escuela Municipal de Danza de Telde no se plantea su futuro a largo plazo. «Poco a poco, paso a paso» responde cuando se le pregunta por sus sueños o deseos profesionales.

El primer año del cambio será la prueba de fuego y el tiempo decidirá. Pero está ilusionada con el reto porque todo lo que podía aprender en Telde lo ha absorbido ya, necesita más. Tanto Lucía, como su profesor, Nacho Quevedo, responsable de la Escuela que depende de la Concejalía de Cultura, saben que necesita nuevas motivaciones porque cuando eres la mejor «te acomodas». Por eso necesita una competitividad superior para seguir creciendo y llegar a lo más alto. Le quedarían por delante seis años de carrera para convertirse en bailarina profesional. El reto es complicado, porque las clases en el conservatorio las realizará durante la mañana y por la tarde tiene que cursar 1º de la ESO.

Destacada.

Hace ya varios años que Lucía despunta en este arte. Recientemente consiguió la medalla de oro del campeonato de danza Rock de House y en 2016 obtuvo una beca, después de una difícil selección, para participar en el Russian Masters Ballet Camp que se realizó el pasado verano en Alicante. Fue un curso intensivo de ballet de élite con profesores rusos que le ayudó a despejar las dudas sobre su futuro. Le gustó el ambiente y le dijo a sus padres que quería dar el salto. Un camino arduo, pero quien quiere perseguir la excelencia tiene que atravesarlo, apunta Quevedo. «Sabe a lo que va», explica la madre de la pequeña, Irene Luri.

Su hasta ahora profesor destaca las cualidades que tiene Castellano. Una excelente alumna que tiene proyección y capacidad para lograr lo que se proponga. Por eso a él no le ha extrañado que haya obtenido la nota más alta de acceso de su curso, aunque sí reconoce que fue una sorpresa. Tiene cualidades físicas, pero lo más importante es la fuerza mental, y ella la tiene, dice. Se dan las dos condiciones. Con su ingreso en el conservatorio madrileño ya son cuatro las niñas que estudiaron en Telde que han podido entrar. Unos resultados que avalan el trabajo que se hace en el municipio.

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