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El Ayuntamiento moviliza recursos para frenar los vertidos en Taliarte

El Ayuntamiento moviliza recursos para frenar los vertidos en Taliarte

Inicia una campaña para solicitar colaboración vecinal tras el aumento de las aguas domésticas en la cala de este barrio costero. La Guardia Civil y un perito judicial se suman a la investigación.

Jueves, 1 de enero 1970

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Cuando parecía que el problema se había subsanado y que los insalubres vertidos residuales habían dejado de brotar a través del colector de aguas pluviales de la playa de Taliarte, el mes pasado las quejas de los vecinos alertó al Ayuntamiento. El líquido turbio volvía a ensuciar las zonas de baño de uno de los mayores reclamos turísticos de la ciudad. Así que, tomando cartas en el asunto cuanto antes, el alcalde de Telde, Héctor Suárez, y los concejales de Medioambiente, Playas y Vías y Obras, Álvaro Monzón, Jonay López y Eloy Santana, respectivamente, se reunieron con el objetivo de abordar desde sus diferentes áreas una más que justificada queja de los habitantes de la zona.

Ya desde el Ayuntamiento existe una investigación abierta, a la que también se ha sumado la Guardia Civil del Servicio Marítimo y un perito judicial, con la que se pretende poner coto a los vertidos que se detectaron por vez primera en 2011 y que, tras su cese temporal, se han vuelto a producir en las últimas semanas. Las pesquisas han llevado a lo largo de estos 10 años a la clausura de algunos vertidos de las viviendas circundantes. Sin embargo, después de un periodo sin incidencias, las alarmas saltaron en junio cuando se detectó nuevamente aguas domésticas en la charca.

En este sentido, la investigación se está centrando en las viviendas y edificios situados en las calles Miramar y Daniel Verona, en el propio barrio de Taliarte. Algunos de estos hogares tienen conectadas sus azoteas o patios a la red municipal y, de manera inconsciente, dan pie la mentada contaminación. Para detectar las casas donde se originan los vertidos, se está utilizando una máquina subterránea que detecta los puntos de salida y así contactar con los propietarios de estos inmuebles para a instarles a que realicen las obras pertinentes y que estos líquidos contaminantes no lleguen hasta la playa. «Casi siempre es un fallo en la construcción inicial de estas viviendas. Muchas tenían patios abiertos cuya función era drenar el agua de la lluvia, y con el tiempo se fueron cerrando para colocar lavadores e, incluso, jardines. Ya hemos hablado con algunos de los vecinos y lo han arreglado, pero aún quedan», explica Álvaro Monzón.

Por ello, el Ayuntamiento ha iniciado una campaña de concienciación para solicitar la colaboración vecinal con el objetivo de advertir que la red pública de aguas pluviales está destinada exclusivamente a drenar la lluvia que cae en las calles y vías circundantes, ya que en ocasiones puede existir desconocimiento de que estas actividades producen un importante daño ecológico que puede ser constitutivo de sanciones de carácter penal. Eso sí, recuerda que este líquido que llega a los riscos son aguas residuales procedentes de duchas, lavadoras o lavaplatos, por lo que su carga biológica es mucho menor que las fecales.

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