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Cuando la lluvia no es bienvenida

Cuando la lluvia no es bienvenida

Ven las nubes negras y se echan a temblar. Así viven la llegada del agua vecinos como Elisabet Rivero, de El Gamonal, o Domingo Castilla, en El Calero. Este fin de semana les tocó volver a sufrir

Jueves, 1 de enero 1970

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Oro líquido. Maná del cielo. Regalo divino. La lluvia, si serena, siempre se recibe bien en Canarias, una tierra que paga a veces demasiado caro la vecindad del Sáhara. Pero, como ya reza el refranero popular, no siempre llueve a gusto de todos. Porque esa misma agua que riega los campos, rellena el acuífero, refresca el ambiente, purifica el aire, limpia las calles, estresa a periodistas y meteorólogos y deja estrenar el bonito abrigo que uno se compró en las rebajas, esa misma agua convierte en una tortura, o peor, una amenaza mortal, el camino de tierra y piedras por el que Elisabet y su familia, con un niño incluido, entran o salen de casa en El Gamonal, un enclave perdido en las montañas de las medianías de Telde. Y hace interminables también las noches, y los días, de Domingo Castilla y los suyos, ateridos de frío en una vivienda apuntalada y en obras en El Calero.

Elisabet y Domingo son la otra cara de la buena nueva del agua de lluvia, y sin embargo, los dos, aunque la expresión, dada la coyuntura, parezca una broma, claman en el desierto. Eso sí, todo hay que decirlo, a los dos se les escuchó. La alcaldesa y varios de sus ediles les recibieron e incluso, en el caso de Elisabet, fueron a conocer sus problemas in situ. Sin ir más lejos, Carmen Hernández pasará a la historia chica de El Gamonal como la primera alcaldesa en hacerles una visita oficial. Pero han pasado los meses y sus preguntas siguen sin respuestas. Elisabet sigue cruzando los dedos cada vez que llueve y su coche traquetea por esa infra carretera que la comunica con el resto del mundo, a 20 tortuosos minutos de aventura al más puro estilo del antiguo Paris-Dakar. Y Domingo ya no tiene baldes ni toallas con los que evitar que la lluvia le enchumbe la casa.

Vídeo.

Autovídeos

En su desesperación, Elisabet Rivero se ha grabado estos días varios vídeos conduciendo por ese andurrial, con el miedo en el cuerpo, en un intento de visibilizar su drama. «Por dios, por dios, que no haya nadie que nos eche una mano, no lo entiendo, de verdad», se lamenta en una de esas grabaciones mientras muestra el mal estado de la vía y los graves riesgos de desprendimiento que la acechan. Unas veces se graba caminando, otras en coche, unas de día, otras de noche, cuando regresa a casa del trabajo. «Por aquí transitan personas, transito yo», advierte con fina ironía al hipotético público que la escuche vía redes sociales. La alcaldesa le advirtió de que la zona por donde pasa ese camino es suelo rústico, pero Elisabet dice que no demanda una autopista y que hay soluciones dignas para vías en zona agrícola o de valor paisajístico. La familia de su marido, recalca, ya estaba allí antes de que las leyes urbanísticas protegieran ese suelo. Para colmo, no hay alumbrado público, ni las casas tienen luz.

A Domingo, con una discapacidad reconocida del 56%, con tres hijos, dos de ellos también con una discapacidad, y una paga de apenas 430 euros, no le queda más salida, ni más desahogo, que su mejor conexión con el mundo, su teléfono móvil. Por ahí grita, en silencio, vía fotos, sus malas condiciones de vida, sus malas noches de sueño cada vez que llueve, su injusta situación personal. Servicios Sociales sabe de su drama y hasta la alcaldesa emplazó al dueño de la vivienda, que es un banco, la entidad que se quedó con la casa a cambio del préstamo que Domingo no pudo pagarle, a que se la arreglase, a que cumpliera la ley. Pero desde entonces nada se ha movido. Las goteras siguen.

«Que cuando llueve, que al menos se acuerden de lo mal que lo pasamos». Palabra de Elisabet.

Cansados de esperar. Tanto Elisabet como Domingo sienten que el Ayuntamiento ha metido sus dramas en un cajón o que los dejó caer por el agujero negro de la burocracia, de ahí que de vez en cuando vuelvan a la carga para recordar su situación. Las fotos de esta página las tomaron ellos mismos y son de días atrás.

Vídeo.

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