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Condena de cárcel por el abandono de diez perros

Condena de cárcel por el abandono de diez perros

El juzgado pena con 8 meses de prisión por un delito de maltrato animal al vecino de La Matanza al que el Ayuntamiento le retiró los canes en enero

Jueves, 1 de enero 1970

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G. Florido / telde

El Juzgado de Instrucción número 3 de Telde ha condenado a 8 meses de prisión al vecino de La Matanza al que el Ayuntamiento le intervino a mediados de enero de 2018 nueve de los diez perros que tenía amarrados en su finca. El magistrado Julio Luis Wood Rodríguez, que dictó sentencia el 1 de febrero, lo considera criminalmente responsable de un delito de maltrato animal, aunque no tendrá que entrar finalmente en la cárcel porque el propio juez le suspendió la pena por un plazo de dos años. Si en ese tiempo incurre en un nuevo delito, entonces deberá cumplirla. Los perros fueron hallados con síntomas graves de desnutrición. Uno de ellos falleció 4 días después de que se los requisaran a su dueño.

El magistrado también le condenó a inhabilitación especial para profesión, oficio o comercio que tenga relación con los animales e inhabilitación especial para su tenencia por un tiempo, para ambas, de dos años y 8 meses. Impuso además al condenado la obligación de indemnizar en concepto de responsabilidad civil a dos de las protectoras que se quedaron con los perros. A una con una cantidad de 730,59 euros y a otra con otros 170,45. En los dos casos, por gastos veterinarios.

La sentencia, dictada in voce por el magistrado, es ya firme toda vez que la representación letrada del acusado anunció, en la misma vista oral de este procedimiento, que reconocía los hechos y que se conformaba con la pena que le pedía el fiscal, aunque al final el juez rebajó un poco sus peticiones iniciales. El Ministerio Público instaba una condena de 12 meses y un día de prisión y hasta 4 años de inhabilitación.

La sentencia considera probado que el acusado, «con total desprecio por la vida y la integridad física de los animales, dejó de alimentarles». Estaban atados y cuando fueron requisados presentaban varias patologías, desde caquexia a infecciones de ojos, oídos y piel, y heridas por el cuerpo, algunas con presencia de larvas.

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