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Un belén para sacar del olvido

Un belén para sacar del olvido

El Club de Mayores San Nicolás de Bari, en Sardina del Sur, no quiso este año limitarse a montar un belén por Navidad. Cumplieron con la tradición, pero, de paso, aprovecharon para que sirviera para reivindicarse como barrio, ahora que Vecindario les ha quitado el protagonismo, y para sacar del olvido una tragedia que les marcó.

Gaumet Florido y Santa Lucía de Tirajana

Jueves, 1 de enero 1970

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Es un nacimiento canario como tantos, con sus camellos, sus Reyes Magos, el Misterio (la escena de la Sagrada Familia) o el consabido riachuelo, pero este belén de los mayores de Sardina del Sur, en Santa Lucía de Tirajana, exige una mirada detenida, porque tiene doble mensaje. Así lo pretendieron sus autores, un grupo de entusiastas mayores que durante más de dos meses construyeron casa a casa y colocaron piedra a piedra. Buscaban reivindicar la historia de Sardina recreando sus rincones y paisajes, pero también encerraba otro secreto que fue desvelado la noche de este domingo durante la inauguración, para sorpresa de todos, incluso para muchos de los que lo hicieron: reproduce la casa-cueva y la familia que tristemente perdió la vida en un incendio en El Barranquillo en 1984. Este nacimiento los sacó del olvido.

Los coordinadores del equipo que montó el belén, Luz Marina León y Chano Bordón, idearon este homenaje con el que, de alguna manera, Sardina se reconcilia con la memoria de esta familia y, de paso, por qué no, con aquellos otros tiempos de sacrificios, penurias, y pobreza que, al fin y al cabo, son parte de la historia, la identidad y el alma de este pueblo.

Esas dos intenciones quedaron reflejadas en las décimas que para la inauguración escribió la poeta teldense Guadalupe Santana y que este domingo fueron recitadas ante un público sobrecogido. «Aquel que lo sabe, cuenta: / que al querer matar el frío / un fuego letal e impío / se volvió humareda lenta. / En la hora soñolienta / en que el humo la invadía / la cueva se presumía / de tener seis moradores, / que fueron seis resplandores / y ya son melancolía».

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