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«Siempre quise saber qué había más allá»

«Siempre quise saber qué había más allá»

Educación entrega los diplomas de dos universidades norteamericanas a los alumnos del IES de La Rocha que ayudan a buscar asteroides

G.F. / Telde

Jueves, 1 de enero 1970

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Un equipo de 18 estudiantes del IES José Frugoni Pérez, en La Rocha, ha marcado un hito en la historia de la educación en Canarias. Con esas palabras el director general de Ordenación, Innovación y Promoción Educativa del Gobierno regional, Jonathan Martín, quiso subrayar ayer el mérito que han tenido no solo por ser capaces de ser autorizados por dos universidades norteamericanas para colaborar en la búsqueda y monitorización de asteroides, sino porque en esa tarea cinco de ellos han logrado descubrir uno que no estaba identificado. Lo halló Alejandra Artiles. Su grupo tenía dudas de cuatro candidatos, pero solo uno era en realidad desconocido.

Martín, acompañado de dos profesionales del área de Vocaciones Científicas de ese departamento, vino ayer al centro a felicitarlos en persona y a entregarles un diploma sellado nada más y nada menos que por la Nasa y por esas dos universidades norteamericanas. Lo recibieron los 18 que han recibido licencia para mandar informes periódicos de sus exploraciones espaciales a EE UU. Pero, a falta de reconocimiento por escrito, Martín tuvo palabras para el equipo directivo, que coordina María Luisa Santana Benítez, por apostar por proyectos así, y para el profesor de matemáticas, Carlos Morales, que llegó este curso al instituto y que montó el club de astronomía que ya está ayudando a defender el planeta.

Aparte de subrayar que su papel en este caso es solo ser correa de transmisión de un proyecto común de la Agrupación Astronómica de Gran Canaria, a la que pertenece, y de Educación del Gobierno canario, puso de ejemplo a estos estudiantes de lo injustos que son los estereotipos que descalifican a la juventud actual. Destacó la rapidez con la que se formó el club, formado por 34 personas, la implicación de los escolares y la facilidad con la que asimilaron los conceptos. «Son esponjas, y tienen mucha capacidad de esfuerzo».

Así lo ratificaba ayer uno de los cinco del grupo descubridor, David García. «Hemos estado tardes sin salir de casa, quitándole tiempo a otras cosas, pero merece mucho la pena, la experiencia es increíble». Le secundaba Alba María Cabrera, que subrayaba que con este taller ha saciado una curiosidad de toda su vida. «Desde pequeña pedía que me compraran telescopios, me gustaba mirar al cielo y quería saber qué había más allá de lo que conocíamos». Tanto les está marcando este trabajo que Alejandra Artiles ha descubierto una forma apasionante de acercarse a dos mundos, el de la física y la matemática, a los que aspira a dedicarse profesionalmente. «Y encima nos permite disfrutar de algo tan bonito como las estrellas».

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