Sardina se reinventa de cara al verano

Por lo demás, los numerosos bares y restaurantes de la zona están cerrados a cal y canto, como no podía ser de otra manera. Y los negocios dedicados al buceo, actividad muy habitual en la zona dados los maravillosos fondos marinos que ofrece Sardina, están también a la espera de poder reabrir. Tampoco hay pescadores reunidos al borde del muelle, ni paseantes, ni bañistas, ni vecinos... La vida parece que se hubiera parado por un tiempo en este entorno natural y pintoresco, al que verano tras verano tras verano acuden miles de veraneantes y que el Ayuntamiento de Gáldar se ha empeñado en preservar y mejorar. De ahí que no se pueda acceder a la playa de Sardina en vehículo. Una barrera lo impide durante la época estival, una medida que se adoptó hace ya un par de años y que ha tenido muy buen acogida. Por si el trecho supone un impedimento para algunos, un tren invita a llegar hasta el lugar a bordo de este recuperado medio de transporte.

Mientras, se espera de aquí al verano, cuando se presupone que se podrá volver a acceder a la playa tras el fin del confinamiento y del estado de alarma, el proyecto de rehabilitación de Sardina avanza. Se trata de una de las actuaciones más importantes proyectadas por el Ayuntamiento galdense, y en el que se invertirán 1.7 millones de euros a cuenta del Fondo Europeo de Desarrollo Regional (Feder) enmarcado dentro del proyecto E-DUSI Gáldar. La intención es crear una gran zona de esparcimiento junto al mar, con nuevo mobiliario, terrazas, carril bici y todos los elementos propios de una moderna avenida. La empresa adjudicataria de la obra comenzó los trabajos en noviembre del año pasado con la ejecución de la nueva red de saneamiento que supone además la instalación de tuberías para la red de abasto y mejora de pluviales.

El ámbito de actuación de esta importante obra incluye una superficie de 11.500 metros cuadrados a lo largo de 680 metros lineales, y pretende integrar un gran espacio de esparcimiento diferenciado en varias zonas. La primera, llamada mirador, es la conexión de la avenida de la playa con la calle Antonio Rosas. Aprovechando el desnivel de 15 metros sobre el nivel de mar, la intención es crear un gran mirador con la construcción de una plaza lineal, en la que se ubicará un pequeño parador fotográfico. La segunda zona supone la ampliación del paseo, con la instalación de una plataforma que amplíe en unos 85 centímetros el paseo hacia el mar para la circulación y el tránsito de peatones y la instalación de un carril bici. La tercera zona incluirá un área deportiva; y la cuarta zona, a la altura del muelle de El Prisma, un solárium para el disfrute de los bañistas. La siguiente zona, la cinco, ubicada entre los edificios existentes, estará destinada al aparcamiento de vehículos. Por último, la zona seis estará dedicada a la restauración y a la zona de buceadores.

Como indica el concejal de Urbanismo, Heriberto Reyes, la obra tiene un plazo de actuación de seis meses y se pretende que esté finalizada en septiembre u octubre. En todo caso, se está dando prioridad a los accesos «para que se pueda utilizar en verano».