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Reto solidario: pon un corazón en tu ventana

Reto solidario: pon un corazón en tu ventana

Vecinos de una calle del Cruce de Arinaga, en Agüimes, inician un movimiento que, bajo el lema ‘Todo saldrá bien’, apuesta por usar la fachada de las casas para arropar y homenajear a los que ayudan a la sociedad frente al Covid-19

Jueves, 1 de enero 1970

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Viven en la calle Guarapo. Eso dice al menos el callejero. Pero desde hace unos días para acá, esta calle del Cruce de Arinaga, en Agüimes, bien podría llamarse la calle de los corazones. Ahora que España entera sobrevive confinada en sus casas, estos entusiastas vecinos han puesto en marcha una iniciativa para contagiar, nunca mejor dicho, dadas las circunstancias, buen ánimo, esperanza y solidaridad, sin salir, eso sí, de las cuatro paredes de sus hogares. Se han propuesto un reto bajo el lema Todo saldrá bien, con el que pretenden que de cada una de las fachadas de las viviendas de todos los que quieran sumarse cuelgue un corazón en homenaje y agradecimiento a todos esos trabajadores, sean sanitarios, farmacéuticos, personal de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado o empleados de supermercado, que le plantan batalla al Covid-19 desde primera línea de trinchera.

Esta idea del reto, que nació de la creatividad y del activismo de una de las vecinas de esta calle, Celeste Apolinario, coincidió casi en el tiempo con la propuesta que lanzó CANARIAS7 de sugerir a los lectores que participen y colaboren en una serie periodística en la que se les pide que los protagonistas sean ellos mismos y sus familias asomados a sus ventanas, en un intento de demostrar que la gente cumple con la obligación legal de quedarse en casa y que la resistencia social al coronavirus está más fuerte que nunca. Así las cosas, qué mejor manera de fundir en un reportaje ambas iniciativas que combinar las caras sonrientes de sus vecinos asomados a sus ventanas y los corazones nacidos del ánimo solidario y agradecido de los que han iniciado un reto que confían en que al final se extienda por todo el mundo.

Vídeo.

Ya lo están consiguiendo. Celeste ha movido esta idea a través de las redes sociales. Tiene páginas en Facebook e Instagram y ya les llegan adhesiones allende los mares, una muestra de un tipo de globalización amable que demuestra que la conexión humana no sabe de fronteras ni de idiomas. Familias de Italia, de Texas, de Noruega, de varios puntos de la península y también, cómo no, de Canarias y, en particular, de otros municipios de Gran Canaria han decidido dedicar unos minutos de su tiempo para confeccionar un corazón y sumarse al reto. Celeste cuenta que todo surgió muy rápido. «Me llamó una vecina y me planteó que por qué no hacíamos algo especial por toda esa gente que se está dejando la piel para ayudarnos a los demás a luchar contra esta enfermedad». Y se le ocurrió que gente así solo se merece amor y que el amor tiene un símbolo universal: el corazón. Así de sencillo. «Lo que buscamos es que cuando esos sanitarios vuelvan a casa o cuando los militares y los policías patrullen las calles les baste una mirada a las casas para sentir nuestro apoyo y agradecimiento permanente y no solo cuando les aplaudimos por las tardes».

Por lo pronto, esta calle del Cruce de Arinaga luce bonita como ninguna otra en este barrio de dúplex algo impersonal, de vías rectilíneas y trazado cuadriculado. Un paseo con notas de color rojo que es también una muestra de lo mejor de la gente, de buenos sentimientos, de conciencia colectiva y de amor al prójimo. Los hay grandes, pequeños, brillantes, mates, abultados, como en tres dimensiones, otros en 2-D, pero todos, sin diferencias, reflejan un deseo simbólico de dar un agradecimiento con mayúsculas a todos aquellos que hoy luchan porque pronto, muy pronto, las calles vuelvan a estar llenas de vida.

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