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Zárate sigue esperando por Veterinaria

Zárate sigue esperando por Veterinaria

El colectivo vecinal del barrio exige que se culmine una obra que está en pie desde 1986. La única parte completada está siendo gestionada por los propios vecinos que aspiran a que el inmueble sea terminado para formación e inserción.

Jueves, 1 de enero 1970

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Una placa vieja, en la que apenas se puede leer el grabado, da testimonio de que la edificación fue puesta en pie por la desaparecida Caja Insular de Ahorros en 1986. Una superficie en el centro de Zárate, que en sus orígenes iba a ser un mercado para los residentes del Cono Sur de la Capital, y que tras convertirse en sede de la facultad de Veterinaria durante años, sigue esperando que su construcción se culmine y tenga una utilidad social para el barrio.

Levantado hace años, y con más de 2.000 metros cuadrados de superficie, solo 600 de ellos son aprovechables. En esa pequeña porción del espacio el colectivo vecinal de la zona que encabeza Anselmo Fernández trabaja por dar un lugar al barrio en el que desarrollar programas sociales y de inserción. Algo para lo que aseguran haber llamado en múltiples ocasiones al Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria.

Es el propio Fernández el que marca la cronología reciente del espacio. «Su primer uso iba a ser para un mercado para los vecinos de esta parte de la ciudad, pero el de Vegueta presionó para no perder clientela y nunca se puso en marcha. Durante años pasó a ser para la facultad de Veterinaría de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, pero después de eso, nada. Escombros», relata frente a un edificio prácticamente en ruinas.

El responsable de la Asociación de Vecinos Presidente Zárate también detalla su lucha con las instituciones para tratar de que el espacio pase a ser más que una mole derruida en el centro de una de sus calles principales. «Se supone que era un edificio del Ayuntamiento, pero después de revisar la documentación comprobé que actualmente es del Gobierno de Canarias, pero cedido al Ayuntamiento. Lo que pasa es que tiene que tener una finalidad destinada a programas formativos y ocupacionales; tras darme cuenta de ese detalle, y como el centro llevaba mucho tiempo cerrado, llamé a Lourdes Armas –concejal del distrito– y le dije que o nos daba las llaves o llamaba al Gobierno. Y me las dio», repasa el líder vecinal.

Y es que eso es precisamente lo que reclaman los vecinos del barrio. Un lugar en el que los jóvenes, y no tan jóvenes, del barrio puedan tener un espacio de formación y entretenimiento. Eso ahora es posible. Fundamentalmente gracias al trabajo desinteresado de los responsables colectivos vecinales como es, de nuevo, el caso de Fernández. Que lo mismo acude a las reuniones de distrito para conseguir que se atiendan las demandas del barrio que se sienta detrás de la máquina de coser para ayudar a que los trajes de la comparsa Yoruba, radicada en el Centro Cívico, lleguen a tiempo al carnaval capitalino.

«Tengo un proyecto al que llamo Ni-ni-ni, ni estudia, ni trabaja, ni fuma droga en la calle. Intento, dentro de los pocos recursos que tenemos, que este centro que ocupa una parte de lo que anteriormente era Veterinaria, pueda atenderlos dentro. Aquí tienen una especie de ludoteca, mesas para reunirse y entre ellos hablar dentro. Y una sala de estudios, con una profesora que viene y da clases de refuerzo o lo que sea», indicó el presidente del colectivo vecinal.

Por ello demanda que se complete la obra y que sirva para atender y dotar de aspectos sociales al barrio, y a otros ubicados en la zona sur de Las Palmas de Gran Canaria. «Hay muchos jóvenes que ahora mismo pasan el fin de semana aquí dentro, cuando antes lo pasaban en la parte sin construir, porque se colaban allí», insiste Fernández.

Todo ello sin recursos. El responsable del colectivo vecinal asevera que su asociación no solicita subvenciones y tampoco cobra cuotas en el barrio. «No quiero que nos den dinero y que esté en una cuenta. Al final hay ocasiones en las que eso además actúa de reclamo para determinadas personas y no deriva en las necesidades reales. Preferimos que haya una inversión directa del Ayuntamiento en los proyectos, como en el de terminar Veterinaría», concluye.

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