Un símbolo de esperanza y lucha

La joven habló junto al olivo que, bordeado por una placa, domina este nuevo espacio y tuvo palabras de reconocimiento para los padres de su amigo, Rafael Robaina y María del Carmen Rodríguez, a los que calificó de «superhéroes» por su capacidad para transformar «su dolor y su fuerza para trabajar con gran dedicación en los cimiento de nuestra sociedad» de la mano de la «educación».

Apuntó que ahora en esta plaza «las peleas se convertirán en diálogo» y aunque ha sido difícil el proceso para superar la pérdida, «hemos trabajado duro en tu partida para que no fueras un nombre más sino que te convirtieras en un símbolo de esperanza y de lucha».

Y es que este espacio es fruto de la iniciativa de los allegados del joven que en 2011 «presentamos más de 12.000 firmas al Ayuntamiento», recordó Adelaida Verge, una de sus impulsoras y otra de las amigas que ayer intervino para desear que esta plaza sirva «para que la gente reflexione y disminuya la violencia».