Santa Rita celebra su día sin rosas y misas por la pandemia

Esta capacidad de congregar que tiene la imagen crece considerablemente el día de su festividad, por eso cada 22 de mayo la parroquia de San Agustín y su entorno se llenan de visitantes que acuden a rezar, a escuchar las misas que cada hora se celebran en su honor y a retirar la rosa y la estampa de la santa que cada año se entrega en el templo. Una idea de su poder de convocatoria lo evidencia el hecho de que solo el año pasado se entregaron 8.000 de estas flores ese día entre los fieles.

Una escena que, sin embargo, no se va a poder repetir este viernes. La actual situación de crisis sanitaria que se vive a nivel mundial a causa de la pandemia provocada por el coronavirus Covid-19 ha obligado a modificar los hábitos de la ciudadanía a todos los niveles, y las celebraciones religiosas no escapan a las nuevas normativas que se imponen tratando de frenar la enfermedad que ya se ha cobrado tantas vidas.

«Está todo cambiado por el problema de la pandemia», reconocía este lunes Diego Monzón, párroco de San Agustín, vía telefónica desde el mismo templo. Así, explicó que si bien este viernes la iglesia abrirá sus puertas en el horario habitual de los lunes, «desde las ocho de la mañana a las ocho y media de la tarde», lo cierto es que «no habrá ninguna misa, ni celebraciones de ningún tipo».

Además, confirmó que «la iglesia estará abierta para la visita personal y para rezar a los devotos de Santa Rita», pero puntualizó que el «aforo está limitado». Por lo tanto, indicó, «habrá un control» a la hora de permitir el acceso al interior del templo por parte de personal voluntario y «de un vigilante de seguridad», que estará en la puerta. Y es que estará autorizada «solamente la visita a Santa Rita, las demás partes de la iglesia no se pueden visitar, estarán acotadas».

Asimismo, expuso que el aforo máximo de la iglesia será de 35 personas y que si se supera este número «habrá que cortar la fila de entrada hasta que vaya saliendo la gente que esté dentro».

La entrega de rosas a los devotos es otra de las costumbres que se deben sacrificar en las actuales circunstancias. «No podemos repartir rosas como otros años ni tampoco estampas porque se acumula la gente en la calle y no se pueden fomentar aglomeraciones», reconoció el párroco de San Agustín.

Tampoco se celebrarán, como es habitual ese día, las misas. «Todos los años las misas eran de hora en hora y estaban los bancos llenos y mucha gente de pie, y eso no se puede hacer, porque no se puede garantizar el aforo», indicó ya que para estos espacios se limita a un tercio en la actual fase de desescalada.

Monzón destacó la «devoción popular» que hay por Santa Rita en «en toda la ciudad y en la isla, e incluso gente de otras islas que vienen». Por eso «damos la oportunidad de visitarla y rezarle», lo que entiende que «reconforta a mucha gente que tiene situaciones problemáticas y encuentran un poco de alivio».