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Más guaguas contra las cuestas

Más guaguas contra las cuestas

Vecinos de San Juan se manifiestan en la cabecera de la línea 54 para demandar una mayor frecuencia de paso y una ampliación del servicio durante el horario nocturno

Miércoles, 15 de julio 2020, 16:54

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Estrella Coruña no se queda tranquila hasta que su nieta llega a casa. Estudiante universitaria, sale de clase a eso de las 21.30 horas, y los días que va a la Escuela Oficial de Idiomas, a las 22.00 horas. Cuando llega a la parada del Teatro Pérez Galdós, desde donde parte la 54 (Teatro-San Juan), la última guagua que presta servicio a su barrio ya ha salido. Nerea tiene entonces que subir caminando de noche, lo que le lleva unos veinte minutos más. «Hasta que no llega a casa no descanso», asegura su abuela, una luchadora infatigable de San Juan que lleva ya más de treinta años en la asociación de vecinos Artemi. «Tiene que venir caminando y en la zona de Las Cruces -en el entorno del antiguo hospital San Martín- ya han robado y está expuesta a que le den un golpe o que le tiren del bolso», prosigue.

«El transporte está muy mal», explicó Estrella Coruña, «no tenemos suficientes guaguas, sobre todo en las horas punta ni durante la noche». Para ella, reforzando el servicio sería más sencillo el acceso a este barrio histórico.

Su voz y sus peticiones se unieron a las gargantas de los vecinos de San Juan que este sábado se concentraron en la parada inicial de la línea 54, justo en un lateral del Teatro Pérez Galdós. Con pancartas que reclamaban «un servicio digno para los barrios» y «más guaguas y horario nocturno», los residentes de esta zona de la capital grancanaria se manifestaron en favor de la mejora del servicio público de transporte.

La reivindicación no es nueva, pero sí la protesta, cansada de tanto esperar una respuesta que no llega. «El horario del servicio de transporte público hacia San Juan acaba a las 21.30 horas y toda la gente que termina de trabajar o que estudia hasta tarde no tiene posibilidad de coger la guagua», denuncia el presidente de la asociación de vecinos Artemi, Antonio Marrero, «en las horas del mediodía hay muchas veces en que el chófer de la 54 deja a gente en la parada porque ya no cabe nadie más en la guagua».

El servicio a este barrio se presta con guaguas pequeñas porque los recovecos en los que crece San Juan impiden el paso de vehículos de grandes dimensiones.

Así lo aseguró Guaguas Municipales en una respuesta a la reclamación O-23695, que fue presentada el pasado mes de julio por el presidente de la asociación de vecinos. La empresa explicaba que «debido al itinerario de esta línea, no podemos asignar vehículos de mayor tamaño y, por tanto, aumentar el número de plazas disponibles, sobre todo al mediodía, que es cuando tenemos registrado un mayor volumen de pasajeros».

«Sabemos que es un barrio de calles estrechas y que el aparcamiento de los coches afecta», reconoció Antonio Marrero, pero está convencido de que dos alternativas aliviarían la falta de un transporte suficiente que viven en el barrio. Se trataría de activar una línea auxiliar que no callejeara por el interior de San Juan, sino que iría por la vía principal y daría la vuelta en la parte alta; y, de manera adicional, aumentar la frecuencia de paso de la línea 54.

De lunes a viernes, la guagua sale cada veinticinco minutos, mientras que los fines de semana, el tiempo de espera se alarga hasta los cincuenta minutos.

Quitar coches

Sin embargo, hay vecinos que no dudan en reclamar otras soluciones, como retirar los coches de las calles para dejar más espacio y permitir la entrada de guaguas mayores. Así piensa Carmen Hernández Monzón: «Vegueta ha quitado los coches de las calles y allí no son mejores que nosotros». En su opinión, «si se quitan los coches, se puede poner una guagua más grande, en condiciones».

El reducido tamaño de las guaguas que ahora prestan servicio está en boca de todos. Y cada uno de los manifestantes ha padecido algún contratiempo a consecuencia de ello. «A mi hermano, que va con muletas, lo dejaron en la parada porque ya no cabía», lamenta Ángela María Medina, «es increíble lo que pasa con la guagua a mediodía».

La obligación de bajar caminando a la que se ven sometidos algunos vecinos le recuerda los años en que no había transporte en el barrio. «Antiguamente teníamos que bajar caminando a buscar el agua hasta que empezó a prestar el servicio la empresa Tovar, que tenía un coche pequeñito», recuerda, «luego ya empezaron las guaguas».

Juan Rebenaque resume el sentir del barrio: «Queremos un buen servicio, más nada».

Desde la compañía municipal de transporte se aseguró ayer que se va a interesar por este asunto «para dar una respuesta sólida a los vecinos».

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