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david ojeda / las palmas de gran canaria
En la terminología empresarial se ha infiltrado el término orgullo de pertenencia para resaltar la lealtad de los empleados a los valores que una empresa representa. Eso es exactamente lo que se percibe al cruzar la puerta de la sede de los Trapasones Star, en las barracas de la antigua sede de la Infantería de Marina en Manuel Lois. Allí se juntan un puñado de murgueros que integran la primera murga de España formada por personas con diversidad funcional.
Este grupo de pioneros se reúne cada miércoles en su sede para perfilar el repertorio con el que se van a sumergir, por primera vez, en el corazón del Carnaval de la capital. Su vocación es clara y la disparan a bocajarro en su tema de entrada: «No te confundas, porque soy especial».
Al frente de estos 21 murgueros se encuentra Alberto Arencibia, «murguero de toda la vida», y precursor de un proyecto que rompe barreras. «Hace unos tres años que trabajo con ellos. Les entrenaba en fútbol y como sabían que yo cantaba en Los Trapasones me decían siempre que querían cantar conmigo. Entonces le propuse a la murga crear los Star y, por supuesto, me dijeron que sí desde el principio», relata este joven grancanario.
El recorrido de Trapasones Star empieza este mismo mes ya que actuarán en el encuentro de murgas que se va a celebrar en el Lomo Apolinario, barrio con tradición murguera. Pero en el horizonte hay un amplio calendario de actuaciones entre los que destaca su presencia, a modo de teloneros, en la final de murgas de parque de Santa Catalina.
Puertas abiertas. Trapasones Star está formada por 21 integrantes, con Arencibia al frente y el apoyo de José González y Vannesa Cáceres. «Nuestra única intención es la de divertirnos en el escenario, pasarlo bien», dice.
La murga está abierta a todo el mundo, pero tendrá que ser para el próximo año. «Estaremos encantados de recibirles, pero tiene que ser después de Carnaval. Es que para este ya nos hemos medido y todo para los trajes y ya no da tiempo. Pero quien quiera venir el año que viene está invitado, tenga diversidad funcional o no».
«Cuando nos metimos en este proyecto pensé que iba a ser muy difícil. Pero ha sido todo lo contrario, en menos de seis semanas ya tenemos montada la entrada y estamos empezando con la despedida», cuenta orgulloso Arencibia mirando a sus murgueros.
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