La Guardia Civil vela por la seguridad de todos

La mañana transcurre con una extraña normalidad en el casco de la Villa Mariana de Teror. Solo circulan camiones de reparto del Agua de Teror, el panadero del municipio, el repartidor del gas y algún que otro vecino. Servicios esenciales que no se han visto afectados por las restricciones. Pocos vehículos particulares y los que lo hacen van directos al supermercado o a la farmacia. Todos con un único ocupante que para su marcha, explica su ruta a los agentes y continua su camino. La mayoría con guantes y mascarilla y sin ganas de hablar con nadie.

Seis agentes conforman este control preventivo en un punto neurálgico de tráfico en situaciones de normalidad. Un panorama antagónico al que se vive estos días. Solo se ve algo de movimiento en los supermercados, en la farmacia y en el centro de salud del municipio. A estos se suma la Basílica de Teror que permanece abierta, sin misa, y a la que acuden algunos vecinos para rezar y tener un momento de recogimiento.

Tranquilidad en las medianías

«La gente está cumpliendo con las indicaciones que se les han dado. Está todo muy tranquilo. Hay alguna picaresca con pasear al perro pero nada importante», afirma el capitán Córdoba, jefe de la Primera Compañía de Santa María de Guía.

Bajo sus órdenes está toda la demarcación norte de la isla, una amplia zona caracterizada por el sesgo rural de las poblaciones. «La gente sigue trabajando en sus fincas. En las zona rurales es todo más fácil», comenta el teniente del puesto de Teror.

Durante esta primera semana de encierro han notado un descenso generalizado de todos los delitos. De hecho, ni se acercan los ciudadanos al puesto de la Guardia Civil como sí suelen hacer en días normales. Un reflejo de que la ciudadanía está viviendo esta situación de forma estoica y cumpliendo con las directrices marcadas. Desde la Comandancia de la Guardia Civil de Las Palmas destacan la ausencia, de momento, de incidentes reseñables, al menos en las demarcaciones bajo su jurisdicción.

Ni en el casco ni en las vías de acceso al municipio desde Arucas se ve afluencia de coches. Ni tan siquiera se ve gente en las calles ni en las vías principales. Las casas permanecen cerradas a cal y canto, salvo algún caso aislado donde se ve algún vecino asomado.

El silencio lo envuelve todo solo roto por el piar de los pájaros y el rumor de la lluvia.

Junto al puesto de la Guardia Civil de Teror en el balcón de una vivienda cuelga un cartel dibujado por un menor con un arcoiris el alentador mensaje de ‘Todo saldrá bien’.

Visitas a residencias de mayores y recopilación de material sanitario

Las labores de la Guardia Civil estos días no se ciñen solo a controlar el cumplimiento de la restricción de movimientos, si no que van mucho más allá asegurando que todo discurra con la mayor normalidad y seguridad posibles en infraestructuras vulnerables como pueden ser centros de atención primaria, residencias de mayores, centros de dependientes y discapacitados o en cadenas de alimentación. En este sentido, es constate la visita por parte de agentes del cuerpo a estas infraestructuras para asegurarse que cuentan con todo el material sanitario necesarios, como guantes, mascarillas y batas, y que todo discurre con la mayor normalidad posible. Prueba de ello son las dos visitas realizadas estos días al centro de salud de Valleseco y a la residencia de mayores situada en el casco del municipio. Una rápida visita para comprobar que todo está como debe estar. En la residencia de mayores su responsable, Braulia Domínguez recibe a la pareja de agentes. «Por suerte todo está yendo bien. Se está cumpliendo con todos los protocolos que nos dictan las autoridades sanitarias y el Cabildo de Gran Canaria, desde el IASS si es cierto que existe el temor de que la situación se complique. Estamos intentando que todas las medidas sean satisfactorias y que todos los mayores puedan pasar esto, a pesar de ser un encierro entre comillas, de la mejor forma posible», explica. Los agentes tras comprobar que todo está bien se despiden de Braulia y siguen su rutina de comprobaciones.

Otra de las tareas que desarrolla la Guardia Civil estos días es la recogida de material sanitario desde geles desinfectantes, pasando por guantes, mascarillas, gafas protectoras y batas.

Los puestos del instituto armado ubicados por toda la isla están recibiendo donaciones de particulares, empresas y asociaciones que se encargan de recoger las donaciones antes de enviarlas a la Comandancia de la Guardia Civil de Las Palmas. Desde allí se trasladan a una nave industrial donde se almacenan y se ponen a disposición de la autoridad sanitaria a través de la Delegación del Gobierno para su posterior distribución.

En los últimos días han recibido más de 3.000 productos sanitarios donados por, entre otros, la comunidad china en Canarias, la empresa Adela Caicoya, por la vecina de Vecindario Tania Hernández o por la voluntaria de Cruz Roja María del Carmen Miranda. Nombres anónimos que están contribuyendo con estos gestos a frenar la expansión del coronavirus y garantizado la mejora en la protección de los pacientes y de quienes lucha en primera línea.