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Koehn: «Emalsa ha trabajado sin incidencias»

Koehn: «Emalsa ha trabajado sin incidencias»

Rogério Koehn (1968, Brasil) es desde hace 8 meses el nuevo CEO para España y América Latina de Gestagua, el socio mayoritario de Emalsa. Gestagua es la filial en España de Saur, uno de los líderes mundiales en la gestión del Ciclo Integral del Agua, que gestiona sistemas medioambientales en tres continentes.

Jueves, 1 de enero 1970

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Asume esta responsabilidad con la determinación de conducir una nueva etapa en ambas empresas, pero especialmente en Emalsa, en lo que ha concentrado todos sus esfuerzos durante estos meses. Prueba de ello, es que esta es la primera entrevista que concede desde entonces.

Con más de 20 años de experiencia internacional en empresas de servicios públicos, en más de 10 países distintos y en puestos tanto técnicos como ejecutivos, tiene un estrecho vínculo y un profundo conocimiento de Canarias, así como del sector y de sus especiales singularidades en el archipiélago.

Rogério Koehn vuelve a asumir así responsabilidades directas y al máximo nivel dentro de su sector en Canarias después de haber sido CEO de Canaragua durante 4 años (2012-2016), si bien ahora las compartirá con las que tiene en el resto del país y en América Latina como CEO de Saur-España.

Ante una situación de crisis sanitaria como la actual y con el estado de alarma activado, ¿cómo está afectando a una compañía que presta un servicio esencial, como es Emalsa?

Nos pone a prueba, desde luego, pero también demuestra que estamos en la gama más alta de capacidades y competencias. La responsabilidad es muy grande, pues gestionamos un servicio esencial, más esencial que nunca por el papel del agua en la lucha contra el Covid-19, pero también los servicios de saneamiento y depuración, con los que garantizamos la protección tanto del medio ambiente, evitando vertidos y la contaminación de las aguas, como de la salud pública.

Para ello, para garantizar todo el ciclo hemos actuado y tomado medidas desde antes incluso de la declaración del Estado de Alarma. La anticipación en momentos como estos es determinante. Creamos un gabinete de crisis local que dirige y coordina todas las actuaciones del Plan de Contingencia, con el que garantizamos desde el primer momento la continuidad del servicio y la protección de los trabajadores, que son nuestras prioridades.

El resultado es que hasta hoy hemos trabajado sin incidencias, sin que haya habido ningún contagio en nuestra plantilla, con cerca de 300 trabajadores. Todo ello gracias a la implicación y entrega de todos y cada uno de los trabajadores de Emalsa, así como de las empresas contratistas, que se han adherido al Plan de Contingencia establecido y a todos los protocolos de actuación, y por supuesto a la comunicación continua con el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria y también el de Santa Brígida.

¿Y qué efectos cree que tendrá a nivel económico en la compañía, dado el impacto social de la crisis?

De experiencias anteriores, especialmente la del 2008, hemos aprendido que cuando la crisis afecta al grueso de la ciudadanía, se producen dos consecuencias en las empresas de servicios, aunque se trate de servicios esenciales: aumenta la morosidad, afectando a la tesorería, y disminuye el consumo, afectando a los ingresos. De hecho, ya está pasando con un incremento de devoluciones y del nivel de impagados, aunque ahora nuestra prioridad es otra: ayudar a las personas vulnerables y garantizarles el suministro, para lo que hemos suspendido todos los cortes y repuesto servicios con la finalidad de que a nadie le falte el agua.

Con respecto al consumo, vamos a tener el mayor impacto en los vinculados a actividades que se han paralizado completamente: alojamientos turísticos, centros oficiales (administrativos o educativos), centros comerciales... Todos ellos son nuestros grandes consumidores. También la actividad industrial ha consumido menos pese a no parar totalmente. Por el contrario, también prevemos que una parte de esta caída de consumo se recupere con algún incremento en el consumo domiciliario debido al confinamiento.

El mayor impacto se producirá a corto plazo, pero una parte se recuperará según avance la desescalada y el resto cuando se recupere, ya a más largo plazo, la economía. Pero ahora mismo lo importante es ayudar, dentro de nuestras posibilidades, a quienes se están viendo directamente afectados por la crisis sanitaria.

¿El modelo de gestión mixta en un servicio como el agua está entre las cuestiones a potenciar tras una crisis que, como señalan muchos analistas, obliga a repensarlo todo?

La empresa mixta o la asociación publica privada, conocida por las siglas PPP o P3, es uno de los mejores modelos de gestión para grandes compañías de agua que en el pasado han sido públicas, como es el caso de Emalsa. Cada socio tiene muy claras sus funciones, claramente reflejadas en los pliegos y estatutos de la empresa, existiendo además la necesidad de una coordinación en la gobernanza de la sociedad.

Es la gran ventaja de este tipo de gestión, en la que se garantizan ambos puntos de vista, público y privado, lo que se traduce en un servicio más eficiente y transparente para los clientes, pero a la vez también más ágil, eficaz y eficiente, que es la principal aportación de un buen socio privado. La gestión mixta también facilita, especialmente en tiempo de crisis, la obtención de recursos financieros con más agilidad que si fuese exclusivamente pública. Al final, se trata de unir lo mejor de la gestión pública con lo mejor de la gestión privada y regirlo de acuerdo a unas normas preestablecidas, públicas y transparentes. De hecho, una empresa mixta es una sociedad que se rige por la Ley de Sociedades de Capital.

Tras su llegada a la compañía, ¿qué balance hace de la situación de la misma y de la relación con el Ayuntamiento de la capital grancanaria como socio?

Muy positivos ambos. Gestagua es una empresa especialista en la gestión del ciclo integral de agua, presente en España desde hace más de 40 años, lo que nos permite contar con excelentes profesionales que entienden la complejidad de nuestro negocio desde un punto de vista técnico, económico y, sobre todo, desde un punto de vista social, haciendo muy fácil la gestión de contratos a nivel municipal. Emalsa, por su parte, posee un equipo humano altamente cualificado y comprometido con la prestación del servicio público, resilientes a situaciones de cambio y muy exigentes.

En cuanto a la relación con el Ayuntamiento, es muy buena, ya que lo mas importante en una sociedad mixta es la confianza y la transparencia. Para eso estamos haciendo reuniones continuas con el equipo municipal para visualizar los retos de la empresa a corto, medio y largo plazo. Es fácil, porque compartimos muchos objetivos en cuanto al progreso y el bienestar de Las Palmas de Gran Canaria y de sus ciudadanos, y eso también influye en la relación. Le recuerdo que el grupo Saur, al que pertenece Gestagua, está presente en Gran Canaria desde la creación de la sociedad mixta de Emalsa hace mas de 26 años. Con estos antecedentes, nos consideramos y somos una empresa canaria más y como tal nos comportamos.

¿Cuáles son las líneas maestras de la hoja de ruta de la compañía a medio y largo plazo?

Debemos resolver entre todos los actores involucrados la criticidad del sistema de saneamiento de la ciudad. Tenemos que ser capaces de descentralizar el sistema, asegurar con garantías el vertido cero y mejorar las condiciones de los efluentes en los episodios de alivio, mediante tanques de tormenta y dispositivos de drenaje urbano sostenible. Y también debemos aspirar a la reutilización del 100% del agua depurada mediante su regeneración.

En cuanto al abastecimiento, tenemos retos muy importantes para disminuir el estrés hídrico actual y diversificar la fuente de suministro con sistemas redundantes que le aporten seguridad.

Por otra parte, desde un punto de vista exclusivamente de la gestión de los servicios, la actual apuesta por la digitalización y la mejora de la performance operacional mostrará a medio plazo una Emalsa más eficiente, mas transparente y mas cercana al usuario final.

La desalación ha sido clave en la historia del desarrollo socioeconómico de Gran Canaria. Pensando en el futuro, ¿cree que hay que plantearse la necesidad de ampliar el potencial y la cantidad de desaladoras?

La desalación ha sido y es fundamental para el desarrollo de las islas orientales del archipiélago. En Las Palmas de Gran Canaria el problema a corto plazo no está tanto en la cantidad de agua desalada por la desaladora de Piedra Santa en el sur de la ciudad, sino en la dependencia de una única fuente de agua. En una visión de largo plazo se debería contar con otra desaladora en la zona norte de la ciudad, lo que permitiría incorporar más agua al sistema y, sobre todo, disponer de una fuente alternativa en caso de problemas operativos en la fuente actual.

Pero también es muy importante optimizar el gasto energético, mejorando energéticamente las actuales desaladoras, la eficiencia hidráulica de las redes de distribución de agua potable y, sobre todo, los procedimientos de reutilización del agua regenerada para la agricultura y el riego de parques y jardines. Estas tres acciones, ejecutadas en paralelo, minimizarán en el futuro la necesidad de inversiones en nuevas desaladoras.

¿Está la lucha contra el cambio climático entre las prioridades de la compañía? ¿Se están aplicando ya medidas al respecto?

Por supuesto, y debe ser la prioridad de todo el planeta. Está claro que los procesos de desalación y depuración son intensivos en el uso de energía eléctrica, pero estamos avanzando mucho en la reducción de nuestra huella ecológica. Emalsa ha venido mejorando el consumo energético por cada metro cúbico tratado de forma progresiva y constante, hasta el punto de que en la actualidad para desalar un metro cúbico de agua de mar consumimos un 40% menos energía que en 1990. Nuestra desaladora es una de las más eficientes de España a pesar de su antigüedad.

Es evidente, y ya estamos trabajando en ello, que el siguiente paso será emplear las energías renovables en los procesos de desalación y la cogeneración en los de depuración. Por otra parte, nuestra apuesta por la reutilización de las aguas residuales regeneradas permitirá reducir el estrés hídrico en buena parte de la Isla.

Ya en la actualidad, más de un 40% de las aguas depuradas de Las Palmas de Gran Canarias están siendo reutilizadas para uso agrícola o riego de parques y jardines municipales. Estamos en lucha permanente contra el cambio climático desde hace mucho tiempo y a partir de ahora la intensificaremos.

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