¡Chacoleo, chacoleo, y a la liña!
Sara siguió con pulcritud las indicaciones de la monitora. «¡Chacoleo, chacoleo!», y remojó la lana. Eso en el primer barreño. Había seis. La niña completaba así el proceso de lavado en el taller de lana que este miércoles ofreció a los escolares la Granja Experimental del Cabildo, en Arucas. Hasta 1.500 niños se juntarán allí hasta hoy jueves para aprender algo más del sector primario.
Gaumet Florido y / Arucas
Jueves, 25 de mayo 2017, 13:00
Esa extraña palabra viene de El Hierro, les explicaban. La cantaban mientras lavaban la lana. Les dispusieron seis barreños con agua y los chiquillos metían y sacaban el puño de lana de forma consecutiva. Cumplido el ciclo, lo tendían en la liña, como la ropa. En el taller de al lado les enseñaban a teñirla, siempre con tintes naturales. Y un poco más allá, a aromatizar tarjetas, como para regalo, con lavanda o romero. Águeda Pulido les contó que ya los egipcios sacaban el aceite y el aroma prensando las plantas.
Casi 800 alumnos, de cursos diversos y llegados de una treintena de colegios e institutos de toda la Isla integrados en la red de huertos ecológicos escolares, fueron este miércoles los protagonistas de la sesión inaugural de la 25 edición del concurso-exposición insular de ganado, que reunirá a 900 ejemplares en estas instalaciones de Arucas el sábado y el domingo. Pero la antesala de esta fiesta de la ganadería autóctona es este encuentro escolar, donde muchos niños aprendieron, por ejemplo, cómo se planta una lechuga, que para hacer gofio hay que descamisar, desgranar y tostar el millo, que la fruta desecada está más buena que una papa frita de paquete o que mejor que una Fanta, un refresco de hierbahuerto, manzanilla y limón, con stevia y azúcar preparado por Vicente Díaz.