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La cueva que es un hogar del siglo VIII

La cueva que es un hogar del siglo VIII

Por primera vez, el Ayuntamiento de La Oliva invierte en una campaña arqueológica y colabora con la Dirección General de Patrimonio Cultural con 20.000 euros en la segunda fase. La Cueva de Villaverde, que es BIC, se descubrió en 1979

Catalina García / Puerto del Rosario

Miércoles, 15 de julio 2020, 04:14

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El Ayuntamiento de La Oliva se estrena invirtiendo con una campaña arqueológica y lo hace aportando 20.000 euros a la segunda fase de investigación de la Cueva de Villaverde que realiza la Dirección General de Patrimonio Cultural del Gobierno de Canarias. Este tubo volcánico, descubierto de manera casual por unas obras del CAAF en 1979, funcionó como un hogar en el siglo VIII y guardaba en su interior el primer enterramiento de un niño de cuatro de años junto a un varón de cuarenta que corresponde a la cultura aborigen (entre los siglos XII y XIII), además de los únicos huesos de foca monje descubiertos en una cueva y a más de 15 kilómetros del mar.

El compromiso de La Oliva con el patrimonio arqueológico del municipio se distribuye entre la segunda fase de la prospección en sí, a la que aporta 15.000 euros, más 5.000 euros que irán a parar unas lonas interpretativas en el exterior de la cueva, que se localiza junto a la travesía de Villaverde. Estas lonas aportarán información al turista y redirigirán mediante un código QR a la visita virtual que ya está disponible en la web www.yacimientocuevadevillaverde.org. De esta forma, confirma el alcalde Isaí Blanco, la Corporación del norte majorero se implica también en la divulgación del yacimiento catalogado como Bien de Interés Cultural (BIC).

La segunda fase de prospección arqueológica se desarrollará durante cinco meses a partir de julio de 2019 y la realizará, una vez más, la empresa Arenisca Arqueología que llevará a cabo estudios bioantropológicos de los restos del enterramiento para conocer más sobre el hombre adulto y el niño. En este sentido, el proyecto propone pruebas de ADN que permitan extraer la máxima información de uno de los pocos enterramientos simultáneos de Canarias.

¿Mahos agricultores?

El equipo de Arenisca también se centrará en el estudio de los carbones con el fin de entender sobre la vegetación, el clima y el paisaje en épocas pasadas, y buscará también semillas (estudios carpológicos) para tratar de entender si había cultivos, y si los había, de qué tipo. Este apartado de la investigación es interesante, explica Rosa López, directora de los trabajos, porque «las crónicas de los conquistadores no reflejan que los mahos tuvieran cultivos. Sin embargo, es posible que sí cultivaran en épocas anteriores». En este sentido, añade la arqueóloga, las referencias más antiguas se encuentran precisamente en la Cueva de Villaverde, donde en la investigación de 1988 se fecharon carbones del siglo III d. c., una datación que se tratará de confirmar analizando también restos óseos.

Arenisca también ampliará la superficie de excavación, tratando de delimitar la entidad del yacimiento. Por el momento, se han identificado muros y la estructura de una posible vivienda en el exterior, de manera que «ahora se tratará de conocer cuán grande e importante es este poblado», ampliando el espacio de excavación para definir el urbanismo y las fases de ocupación del poblado en la parte exterior. Otro apartado importante será analizar tanto el material ya extraído, para tratar de obtener conclusiones históricas, como los estratos interiores tras su excavación.

Como en la primera fase continúan, el equipo de investigación de Arenisca estará integrado por una restauradora, personal de marketing cultural, y especialistas en topografía y arqueología. En esta segunda, que arranca en julio, se suman especialistas en antracología (carbones), carpología (semillas), bioantropologia para el estudio de restos óseos humanos, un especialista en fauna (restos óseos animales), y una colaboradora de la Universidad de Oxford especialista en antropología social.

En realidad, esta segunda campaña es la tercera de la historia de la Cueva de Villaverde ya que, tras su descubrimiento en 1979, fue objeto de una primera investigación, aunque sin los medio tecnológicos actuales y la variedad de especialistas.

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