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Rocío Crusset posa con uno de sus collares.
Rocío Crusset cruza la pasarela a la joyería

Rocío Crusset cruza la pasarela a la joyería

Puntadas con hilo ·

La modelo, afincada en Nueva York, lanza su propia firma de joyas con originales piezas para todo tipo de ocasiones

Sábado, 30 de abril 2022

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«Seducción, simpleza y sutileza» son los adjetivos con los que la modelo Rocío Crusset (Sevilla, 1994) define la primera colección de su propia firma de joyas, 'Crusset'. La sevillana lleva mucho tiempo trabajando en su proyecto más personal, al que asegura que ha puesto «sudor y lágrimas, pero sobretodo, mucho cariño». Por eso se decidió por un nombre muy especial para ella. «Pensé en muchos para la marca, y de hecho empecé con otro nombre totalmente desvinculado a mí. Pero no terminaba de sentirme identificada con él, así que decidí utilizar el apellido de mi abuela paterna por hacerlo algo más personal. No solo es mi apellido profesional y me representa y acerca al 100x100 a la marca, también define muy bien al estilo de la misma. Es una mezcla entre lo original y lo atemporal, lo clásico y lo actual».

Una nueva etapa en su vida, que tiene su base en la Gran Manzana, donde se labró un brillante futuro en las pasarelas con mucho tesón y alejada del cobijo otorgado por el apellido de sus progenitores, el periodista Carlos Herrera y la presentadora Mariló Montero. Una mujer hecha a si misma que tras ser descubierta por un cazatalentos en Brasil durante una edición del festival Rock in Rio ha protagonizado campañas para Diane Von Fustemberg, Ralph Lauren, Balmain o Bobbi Brown y desfilado para Victoria´s Secret, Philipp Plein o Donna Karan. «Como modelo quiero seguir trabajando como lo estoy haciendo. He cumplido muchos de los objetivos que tenía cuando empecé, por eso he podido dedicarme a otros proyectos como este. La moda siempre ha sido mi pasión y de una forma u otra, siempre formaré parte de ella», afirma en una entrevista con este periódico.

Crusset no se ha convertido en empresaria de la noche a la mañana. La joven, que estudió Administración y Dirección de Empresas, también sacó tiempo entre un trabajo y otro para estudiar en la prestigiosa escuela de diseño Parsons, en Nueva York. Y nada mejor que volcar todos esos conocimientos en una de sus pasiones, las joyas. «Siempre han sido mi accesorio favorito. Las he valorado desde pequeña ya que he ido heredando piezas de mis abuelas y tías abuelas con el paso de los años. Daba igual si fuesen de alta joyería o bisutería, lo especial era la historia que había detrás de cada una de ellas». Encontrar piezas nuevas no era tan sencillo. «Buscaba un tipo de joya que tuviese personalidad. Que fuese la pieza clave para todo tipo de ocasiones. Tenía la idea de la joya que quería pero no la encontraba, así que decidí dibujarla y quizás llevarla a un joyero a que me la hicieran a mí. Y pensé, ¿por qué no lo hago a lo grande?», detalla Crusset.

Para la mujer «libre»

La primera colección de su firma, compuesta por originales y ponibles piezas en plata de ley bañada en oro de 18 kilates, va dirigida a una mujer «libre de ser quien quiera ser, y si con mis piezas puedo ayudarles a sentirse bien, entonces ahí habré conseguido mi objetivo», apunta la modelo, que siempre lleva puestos pendientes y anillos. «Los collares y las pulseras, los reservo más para reuniones sociales», puntualiza.

A la pregunta de si tiene en mente ampliar su empresa con otro tipo de complementos o comenzar a diseñar prendas de ropa, lo tiene claro: «Espero poder expandir -su empresa- en un futuro, pero ahora quiero disfrutar de esta primera colección de joyas», con las que quiere seguir experimentando, apoyada en la gran acogida que ha tenido. «Hay cientos de materiales con los que me gustaría jugar para futuras colecciones porque forman gran parte de la historia que cuenta una pieza». Historias como la de ese abrigo de su madre, «de la época de los 80, que ha viajado conmigo desde que pude meter mano en su armario y pillarlo. Nunca me cansaré de llevarlo puesto», confiesa con cariño la ahora también diseñadora.

Y así, siguiendo el ejemplo de Salvador Dalí, que dijo que un buen pintor dibuja una línea, pero un artista con inspiración dibuja el horizonte, sigue Rocío Crusset trazando el suyo.

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