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Lady Di, inspiró aromas de Lush.
La cosmética responsable y natural que cambió el mercado

La cosmética responsable y natural que cambió el mercado

Puntadas con hilo ·

La firma británica Lush lleva más de un cuarto de siglo revolucionando el sector del cuidado personal con inventos como el champú sólido

Sábado, 8 de mayo 2021, 23:19

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Tubos de desagüe y areneros para gatos. Esos fueron los primeros moldes de jabón que usaron en Lush. Pero de esos comienzos en un laboratorio casero del pueblo costero británico de Poole ya hace más de un cuarto de siglo. Veinticinco años en los que la popular firma cosmética artesanal ha evolucionado hasta consolidarse a través del comercio justo y la compra responsable. Una revolución en el sector por su modelo de negocio, siempre acompañado por el desarrollo de productos que han marcado la diferencia.

«No queríamos conservantes ni envases, y poco a poco hemos trabajado para conseguirlo», narra el tricólogo -experto en el cabello- Mark Constantine, fundador e inventor de Lush junto a Mo Constantine -su esposa-, Rowena Bird, Helen Ambrosen, Liz Bennett y Paul Greeves. Hoy el 82% de su gama es autoconservante y un 65% está libre de envases, como ocurre con el champú sólido, creado por error en 1987 por el matrimonio Constantine y el químico cosmético Stan Krystal cuando trabajaban en la creación de un nuevo jabón. Un revulsivo para el sector que tres décadas después de ver la luz es una de las tendencias más potentes en belleza y sostenibilidad. Y es que una sola pastilla equivale a tres botellas de 250 mililitros y dura entre 80 y 100 lavados -dependiendo del grosor y longitud del cabello-. Desde la marca afirman a este periódico que en los últimos 14 años han vendido 47 millones de champús sólidos, evitando la fabricación de 141 millones de botellas. O lo que es lo mismo, 3.400 toneladas de plástico.

Otro de los exitosos inventos de la firma son las bombas de baño, convertidos en un fenómeno mundial. El producto es un esencial en los rituales de baño por sus múltiples bondades y el deleite que supone para los sentidos, en especial para la vista por sus tonalidades vibrantes. Caleidoscopios de colores de formas caprichosas, remolinos de purpurina y aromas revitalizantes para crear pequeñas y placenteras obras de arte. La innovación se ha convertido en el objetivo principal de la creación de estas redondas maravillas, que han superado el test del tiempo y que son las únicas protagonistas de una tienda inaugurada en Harajuku (Japón). «Es increíble, pero las bombas nacieron en el cobertizo de mi jardín inspiradas en un antiácido», desvela Mo, la mujer que las dio forma.

Por todo ello, no es de extrañar que Mark y Mo Constantine recibieran hace años la Orden del Imperio Británico por su servicio a la industria cosmética. Aunque también algo tendrá que ver que la reina Isabel II esté encantada con la bomba de baño Street Party. Aunque la relación con la realeza no se queda ahí. Mark conoció a la princesa Diana en 1986, en una visita a su laboratorio. Lady Di le enseñó allí una de sus cremas favoritas, que llevaba en el bolso y hecha expresamente para ella.

Tiempo después Lush se hizo con los derechos de esa fórmula, aunque desgraciadamente había sido manipulada, y era ilegible en parte, por lo que no se podía utilizar. Por ese motivo, Mark, con los datos que se conservaban, el recuerdo que él tenía de las notas de naranja y su experiencia en la formulación de productos, decidió junto con Helen Ambrosen recrearla y mejorarla. El resultado fue Gorgeous, una crema de culto digna de una princesa. Una princesa preocupada por el medio ambiente.

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