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Scorsese, muy poco digital

Scorsese, muy poco digital

El director estadounidense Martin Scorsese llamó este miércoles a defender el formato clásico del cine, proyectado en una gran pantalla y visto en compañía. El cine, admitió, «no sabe a dónde va».

Efe / Oviedo

Jueves, 16 de julio 2020, 19:25

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De la misma manera que hay quien prefiere pedir comida a domicilio y quien opta por seguir acudiendo a un restaurante, hay un público que, como él, se decanta por disfrutar de la «experiencia teatral» que conlleva el cine, «cuestión clave» que es necesario proteger para salvaguardar su futuro.

Scorsese se expresó así en una rueda de prensa en Oviedo, a donde llegó el pasado domingo para recibir mañana del rey Felipe VI el premio Princesa de Asturias de las Artes, tomando así el relevo de colegas y compatriotas como Woody Allen o Francis Ford Coppola

El autor de Malas calles reclamó que las películas sigan siendo exhibidas en los cines antes de comercializarse para ser visionadas en casa a través de plataformas como Netflix, que ha financiado su último rodaje The Irishman, donde se reencuentra con tres de sus actores fetiche: Robert de Niro, Joe Pesci y Al Pacino.

«El cine del que yo vengo o el que intento mantener, restaurar y respetar necesita ser visto con público», ha subrayado un cineasta que confiesa no estar «muy versado» sobre internet, pero que no puede obviar el nuevo modelo de consumo del cine, sobre todo por parte de los más jóvenes, como comprueba con una de sus hijas.

Películas recientes como Dunkerque, The first man o Moonlight están hechas para ser vistas en ese formato «para grandes públicos, para verlas en familia o con amigos» y es necesario garantizar su estreno en salas aunque, como en el caso de The Irishman, estén financiadas por la plataforma Netflix ante la incapacidad de los estudios tradicionales para hacerlo. «No sabemos a dónde se dirige el cine ni en qué se va a convertir la imagen en movimiento. A lo mejor el cine era eso, lo que se hacía durante sus cien años de vida, y ahora entramos en una nueva fase que puede ser un agujero negro durante quince años a causa de la tecnología», dijo.

Con su nueva película, Scorsese retoma una nueva historia sobre bandas de gánsteres, el reflejo del mundo en el que creció, el barrio neoyorquino de Queens, donde no todo eran criminales y violencia y también había una familia de inmigrantes italianos de la que recibió cariño y una positiva influencia de un iglesia católica «demasiado exigente» para superar la primera fase del seminario.

Deuda con Robert de Niro

Como resumen de una carrera iniciada a finales de los años sesenta, el director se ha confesado en deuda con su actor fetiche, Robert de Niro, el Travis Bickle de Taxi Driver, el Jake La Motta de Toro Salvaje, el Jimmy Conway de Uno de los nuestros.

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