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«Descubrí que ya no quería demostrar nada»

«Descubrí que ya no quería demostrar nada»

Cuando uno crece entre los ensayos de coro de su madre y las notas de la trompeta de Miles Davis del tocadiscos de su padre, lo extraño habría sido no terminar siendo músico y esta es la historia de Nayaban Jean. Ahora nace Plus d´amour, el nuevo trabajo que presenta el 6 de octubre en el Alfredo Kraus. Su disco más personal, cuenta con reconocidos músicos de Canarias, Senegal, Finlandia y Barcelona.

Canarias7 / Las Palmas de Gran Canaria

Jueves, 1 de enero 1970

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Canarias7 / Las Palmas de Gran Canaria

—Nayaband se tiene su tercer disco, Plus d´amour.

—Sí, se trata de un disco mucho más personal, más intimista. En los dos anteriores, Globalización y Hope, era más reivindicativo, más guerrero y también más efectista en el estilo. Pero aquí descubrí que ya no quería demostrar nada, sólo llegar al corazón de la gente, lo que se consigue con el amor, no se consigue con nada más.

—¿Ése es el mensaje de Plus d´amour (Más amor, en francés)? ¿Nos hace falta más amor?

—Sin duda. Vivimos en un mundo en el que nos hace falta una foto de un niño ahogado en la costa de Turquía para entender el sufrimiento de miles de refugiados. O una foto de un pequeño junto a un buitre en Etiopía para caer en la cuenta del hambre en el mundo. También hay personas que están muy cerca de nosotros, que sufren y no lo vemos. Hace falta amor en el mundo.

—¿Es cierto que canta en el disco en cinco idiomas diferentes?

—¡Sí, sí! (ríe) Cinco idiomas, wolof, mankagne, francés, inglés y castellano.

—Puro mestizaje, aunque estaba claro que en un disco de Nayaband tenía que ser así.

—Cuando me preguntan qué tipo de música hago nunca sé lo que decir. Hay un poco de soukous, de reggae, blues, beugeurebo, jazz o pop... Usamos las mismas armonías, las fórmulas están establecidas, pero nos diferenciamos en los sentimientos. Vengo de un sitio con unas sensaciones y eso se mezcla con las sensaciones que vivo aquí. El resultado es Nayaband style, (ríe).

—¿Hay mucho de Canarias en Nayaband?

—Canarias es una tierra increíble, es el centro del mundo: geográficamente está en África, culturalmente somos europeos y estamos ligados a través de la inmigración con América Latina. Esa mezcla, ese mestizaje, se une con mi propia mezcla.

—También en este disco se mezcla con Canarias de algún modo. Un tema lo ha grabado con los chicos de Barrios Orquestados.

—¡Exacto! Y fue extraordinario. Yo tenía la idea de crear un encuentro de instrumentos de cuerda, unir todos los instrumentos posibles. Pero eso en directo era complicado... Hablé entonces con José Brito, director de Barrios Orquestados. Le dije: escoge una canción del disco que te guste, la que quieras. La tocamos en directo en su concierto benéfico. Me dejó loco, era justo lo que quería.

Sobre la música que se hace en Canarias. «Se hace muy buena música aquí, la pena es que el público suele valorar más lo que viene de fuera sólo por el hecho de que viene de fuera. Como si eso ya lo hiciera bueno. Lo mismo ocurre con los elementos tradicionales. Yo uso la Kora africana siempre que puedo. Si aquí un grupo moderno sacara en escena un timple o unas chácaras lo tacharían de raro, y es una pena. Habría que hacer como con la buena comida de siempre, cuando a un niño no le gusta un potaje se lo damos en puré. Quizás habría que buscar la forma de presentar la música de las islas de otra manera para que guste más», afirma.

¿Un deseo? «Lo mejor para la gente de aquí, que podamos seguir dedicándonos a lo que nos gusta, que demos con la clave de lo que el público quiere. A mí me dicen que por qué no me voy fuera, que podría triunfar mucho más. Yo podría vivir en París si quisiera. Pero no quiero, soy canario y quiero trabajar aquí».

—Nayaband se tiene su tercer disco, Plus d´amour.

—Sí, se trata de un disco mucho más personal, más intimista. En los dos anteriores, Globalización y Hope, era más reivindicativo, más guerrero y también más efectista en el estilo. Pero aquí descubrí que ya no quería demostrar nada, sólo llegar al corazón de la gente, lo que se consigue con el amor, no se consigue con nada más.

—¿Ése es el mensaje de Plus d´amour (Más amor, en francés)? ¿Nos hace falta más amor?

—Sin duda. Vivimos en un mundo en el que nos hace falta una foto de un niño ahogado en la costa de Turquía para entender el sufrimiento de miles de refugiados. O una foto de un pequeño junto a un buitre en Etiopía para caer en la cuenta del hambre en el mundo. También hay personas que están muy cerca de nosotros, que sufren y no lo vemos. Hace falta amor en el mundo.

—¿Es cierto que canta en el disco en cinco idiomas diferentes?

—¡Sí, sí! (ríe) Cinco idiomas, wolof, mankagne, francés, inglés y castellano.

—Puro mestizaje, aunque estaba claro que en un disco de Nayaband tenía que ser así.

—Cuando me preguntan qué tipo de música hago nunca sé lo que decir. Hay un poco de soukous, de reggae, blues, beugeurebo, jazz o pop... Usamos las mismas armonías, las fórmulas están establecidas, pero nos diferenciamos en los sentimientos. Vengo de un sitio con unas sensaciones y eso se mezcla con las sensaciones que vivo aquí. El resultado es Nayaband style, (ríe).

—¿Hay mucho de Canarias en Nayaband?

—Canarias es una tierra increíble, es el centro del mundo: geográficamente está en África, culturalmente somos europeos y estamos ligados a través de la inmigración con América Latina. Esa mezcla, ese mestizaje, se une con mi propia mezcla.

—También en este disco con Canarias de algún modo. Un tema lo ha grabado con los chicos de Barrios Orquestados.

—¡Exacto! Y fue extraordinario. Yo tenía la idea de crear un encuentro de instrumentos de cuerda, unir todos los instrumentos posibles. Pero eso en directo era complicado... Hablé entonces con José Brito, director de Barrios Orquestados. Le dije: escoge una canción del disco que te guste, la que quieras. La tocamos en directo en su concierto benéfico. Me dejó loco, era justo lo que quería.

«Se valora lo de fuera»

Sobre la música que se hace en Canarias

«Se hace muy buena música aquí, la pena es que el público suele valorar más lo que viene de fuera sólo por el hecho de que viene de fuera. Como si eso ya lo hiciera bueno. Lo mismo ocurre con los elementos tradicionales. Yo uso la Kora africana siempre que puedo. Si aquí un grupo moderno sacara en escena un timple o unas chácaras lo tacharían de raro, y es una pena. Habría que hacer como con la buena comida de siempre, cuando a un niño no le gusta un potaje se lo damos en puré. Quizás habría que buscar la forma de presentar la música de las islas de otra manera para que guste más», afirma.

¿Un deseo?

«Lo mejor para la gente de aquí, que podamos seguir dedicándonos a lo que nos gusta, que demos con la clave de lo que el público quiere. A mí me dicen que por qué no me voy fuera, que podría triunfar mucho más. Yo podría vivir en París si quisiera. Pero no quiero, soy canario y quiero trabajar aquí».

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