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Superlativo menú sin combustión

Superlativo menú sin combustión

El restaurante Gyotaku, en el Puerto de la Cruz, nos recibió con la intención de sorprendernos con su menú sin combustión, ganador de unos premios gastronómicos a iniciativa de Philip Morris. Una experiencia muy placentera, con unos platos de mucha calidad y una propuesta innovadora en el sector, que cada vez tiene más adeptos y más éxitos en los restaurantes.

José L. Reina y Puerto de la Cruz

Jueves, 1 de enero 1970

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El Gyotaku, que se encuentra en un agradable complejo residencial en el Puerto de la Cruz, nos dio la bienvenida con un vermú Glou-Glou, de uva macabeo y muy agradable para abrir boca, pues el festín así lo pedía.

El menú empezó con unas ostras con espuma de gin tonic de Yuzu, que estaban fantásticas. La materia prima, además de la técnica empleada, jugaron un papel fundamental para que este restaurante lograra imponerse al resto en los premios de cocina sin combustión, y cuando pruebas la propuesta de este restaurante, se entiende mejor el merecido reconocimiento.

Tras las ostras, y maridado con una selección de vinos canarios perfectamente seleccionados, pasamos al usuzukuri de pescado blanco con yuzukosho, un condimento nipón que nos transporta de lleno en la gastronomía tradicional japonesa, donde el corte y la calidad son primordiales.

La opinión en la mesa era cada vez más clara, hasta que llegó la unanimidad: aquel sitio sabía lo que hacía y cómo lo hacía.

Un erizo con caviar con un toque de ron matusalén 23 años fue una de las estrellas de la comida. Sabor a mar, placer marino. Un bocado de mucho nivel, y que no se suele probar con mucha facilidad. Las presentaciones de los platos eran magníficas, acordes a la calidad de los mismos, algo de vital importancia para los restaurantes que quieran marcar la diferencia.

Los siguientes bocados fueron unas gyoza de kimchi y gamba y unos din-sum muy ligeros de aguja veteada y curry. A cada plato, placer. Y eso es una sensación muy complicada de conseguir en la totalidad de las propuestas.

Un singular sándwich de toro y chutney de tomate canario logró colarse como el otro bocado estrella. Comido con las manos, como casi todos los platos, este sándwich era todo texturas, sabores, estética poderosa y sorprendente al comerlo y comprobar que todo eso que parecía ser, lo es. Y más.

Tras eso, nada mejor que una selección de nigiris del chef, otra delicia. Y ya perdimos la cuenta.

La fiesta terminó con un batiniku con salsa yakiniku. Un carne de cerdo con la salsa por decreto en las barbacoas japonesas, que potencia el sabor de la carne y la convierten en un bocado de mucha potencia y realmente sabroso.

Tras ese glorioso final, y mirando el reloj para no perder el Binter de vuelta, nos tomamos un falso quesillo con tanta rapidez como gusto.

Esta innovadora propuesta culinaria forma parte de la revolución que está viviendo el sector con los menú sin combustión, libre de humos, y donde la materia prima y el sabor real predominan todos los platos. Precisamente, los ya citados premios gastronómicos sirven para motivar a los establecimientos a que se lancen sin miramientos a una propuesta que, en vista de los acontecimientos, agradecerá el consumidor.

En este sentido, el director para Canarias de Philip Morris, Jörg Zangen, recordó que «la idea de crear una nueva categoría donde se ponga en valor las creaciones culinarias de chefs y restaurantes de renombre en el Archipiélago, realizadas sin combustión, se suma a otras acciones que estamos realizando para sacar el humo de la vida de las personas, en todos los aspectos posibles. Con estos menús estamos trasladando el mismo mensaje al mundo de la gastronomía y creando unas recetas alternativas donde se le de más importancia a la materia prima y a su sabor real. Es una manera de seguir adelante con nuestro reto de transformación, cambio e innovación».

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