Las mejores y peores galletas para los niños, según la OCU

La OCU ha llevado a cabo un análisis en el marco del Proyecto Alimentación saludable para el pequeño consumidor, con el apoyo del Ministerio de Consumo, de 305 galletas infantiles divididas en diferentes grupos: galletas clásicas (tipo María, con canela, con formas de animales, tostadas...); galletas de barquillo, rellenas de crema de cacao, vainilla, o nata; galletas con chocolate, ya sea en forma de pepitas, cubriendo la galleta por completo o en forma de tableta encima; galletas de chocolate, donde este ingrediente forma parte de la masa; galletas sándwich, con crema de chocolate entre dos galletas, y, por último, otros tipos de galletas principalmente de hojaldre, con rellenos a base de frutos secos o bizcochos, entre otras.

«Ocho de cada diez galletas infantiles no son saludables», asegura la Organización tras obtener los resultados del estudio. ¿Por qué? Uno de cada tres gramos de este tipo de productos es directamente azúcar. El resto son grasas saturadas, harinas refinadas y aditivos. Además 253 de las seleccionadas tienen una valoración D o E en Nutriscore, la más baja posible. Solo 14 galletas tienen una B y exclusivamente una obtiene una A, y se trata normalmente de las tradicionales galletas tipo María sin azúcares añadidos.

Sus principales ingredientes

La OCU sostiene que las grasas saturadas suponen de media el 43% del total de las grasas de estos productos, siendo las galletas de barquillo y las del grupo con chocolate visible las que tienen una mayor proporción.

En cuanto a los azúcares, el contenido medio de azúcar añadido es de 32 gramos por cada 100 gramos, pero la OCU apunta a que hay galletas donde la mitad de su peso es azúcar. Según el estudio, las que menos llevan son las galletas simples y las de chocolate, que aún así presentan de media 21 y 24 gramos respectivamente, y las que más las galletas con chocolate (34 gramos), las de sándwich y las del grupo de 'otros tipos' (36 gramos), y las de barquillo relleno (37 gramos).

Y las que no llevan azúcares añadidos, «lo suelen sustituir por polialcoholes, un tipo de edulcorantes cuyo consumo puede tener efectos laxantes, más en niños si cabe por su bajo peso corporal», asegura la OCU.

A las grasas saturadas y el azúcar, se unen en la composición de las galletas infantiles objeto de estudio aditivos y aromas, pero poca fibra (apenas un 3% de media). Y las que dicen llevar vitaminas y minerales, de estos últimos apenas añaden calcio e hierro, en todo caso. En este sentido, la Organización de Consumidores asegura que «las galletas no aportan ningún beneficio extra por estar enriquecidas en vitaminas y minerales».

¿Hay algunas mejor que otras?

El análisis de la OCU concluye que, aunque el consumo de galletas en niños debe ser ocasional, las simples tipo María son las que tienen menor contenido en grasa, aunque no es nada despreciable: un 15% de media. Como punto a su favor, las grasas saturadas apenas suponen el 2%, ya que en este tipo suele emplearse aceite de girasol alto oleico. También cuenta con las mejores valoraciones Nutriscore del estudio. De hecho, la organización destaca que incluso uno de los productos, de los 305 analizados, cuenta con una A, la mejor valoración Nutriscore posible. Se trata de una galleta sin azúcares añadidos, pero con edulcorantes.